sábado, 31 de mayo de 2014

Más fuerte y más hijo de puta

Quiero empezar con una dedicatoria:
Antes de ser quien soy, todos me hacían daño de una u otra forma, pero ahora quiero agradecerles, porque me han hecho más fuerte y más hijo de puta.

Me hicieron sentir que no valía nada y decían que el mejor favor que le haría al mundo sería acabar con mi vida, si no lo hacía era un cobarde, lo fui. Sus palabras me hacían sentir derrotado y sin fuerzas para continuar en pie de lucha, luchando para sobrevivir de la mejor manera, porque la vida se trata de eso: de ver quién sobrevive más tiempo en el desastre. Comenzaba a creer en todo lo que gritaban, verlos era el peor miedo que poseía para entonces, no podía mirarlos directo a los ojos, toda mi vida caminé por la calle con la frente caída. Pero llegó un día en que dije “no más”, tome mis cosas y levanté mi frente, me había cansado de seguir viviendo de la misma forma en que lo había hecho durante todo ese tiempo. ¿Y sabes qué es lo mejor de esto? Que quiero vivir toda mi vida con la frente en alto porque me ha gustado y no pienso rendirme. Todavía me persiguen sus pesadas palabras en mi cabeza, pero déjenme decirles que estoy sobre el cielo y sus palabras no me harán caer, porque por mucho tiempo estuve encerrado en una habitación, privándome a mí mismo de la libertad. He ganado todas las guerras desde aquel día en que comencé a cambiar, sabía que si quería seguir viviendo tenía que hacerlo, tenía que cambiar.  Y lo hice. Y lo logré. Y ahora estoy aquí. Dejé de ser aquel niño indefenso y lleno de inseguridades, para convertirme en aquel hombre que si le disparan una vez, aprieta el gatillo dos veces.

lunes, 26 de mayo de 2014

La chica de tacones altos, lápiz labial y minifalda

Sus ojos eran una maldición divina,
su mirada era un hechizo;
sus labios eran el infierno
y su sonrisa era el cielo.

Hacía frío,
ella me producía calor;
hacía oscuridad,
ella era la estrella más brillante;
hacía soledad,
ella llenaba cada vacío de mi cuerpo;
habían problemas,
ella era la solución a cada uno de ellos.

La saqué del infierno con todo y sus demonios,
ella estaba aterrorizada cuando descubrió
que los monstruos no dormían bajo su cama,
sino que dormían junto a ella
noche tras noche.

Ella estaba en aquella esquina,
con la mirada perdida,
abrazando a sus rodillas
-quizá era lo único que podía abrazar-.

Yo,
con mi guitarra y mi voz
haciéndole compañía a la soledad
y haciéndola un poco mejor:
con lírica y notas acústicas.

Suspiró y me miró,
¡vaya!, sí que era hermosa como para ser de este mundo,
sus pupilas desgastadas en ese color café mañanero,
sin fin,
con tres puntos suspensivos.

Con el rojo carmín de sus labios,
rodeándola como un millón de rosas,
sus cicatrices hirientes como espinas,
su aroma fue como inhalar cocaína,
me sentí en el paraíso con ella.

La vi, ahí,
en la esquina de la calle 80,
pidiendo que se detuviera cada carro que pasaba
y se la llevaban,
se la llevaban a cualquier hotel barato.

Luego salían de esa habitación de hotel,
unos cuantos dólares pagaban por su cuerpo
y yo cantaba su poesía,
era la única musa que me inspiraba.

En su mirada se reflejaba dolor,
ella no decidió vivir esa vida
y qué duro ha de ser que alguien más decida
sobre el rumbo de tu vida;
eso le pasó a la chica de tacones altos,
lápiz labial
y minifalda.

Ningún nombre,
ningún apellido,
ella no le pertenecía a nadie.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Se fue de este infierno, pero perdura en mi recuerdo

Vi cómo te apagabas y tomaste el último suspiro antes de irte.
Tomaste mis manos y tus ojos perdieron su brillo tan peculiar que tenían.

Escucho a los pájaros cantar,
salgo y veo fijamente al cielo
le hablo al mismo punto de siempre
ahora es triste mirarlo, ¿sabes?
Desde tu partida esa estrella no tiene sentido,
ahora busco desesperadamente entre ellas, tu estrella.

Mi padre quiere internarme en un centro psiquiátrico,
dice que hablo con la nada, con el aire, con la ansiedad de volverte a ver,
sólo estoy hablando contigo, pero ahora no tienes voz, tienes alas.
Tal vez no estés en carne y hueso
para darme un consejo o un beso
pero te siento tan cerca como el día en que te marchaste,
quizá el tiempo sólo sirve para sentirte más y más cerca.

Quiero contarte un par de cosas:
las personas siguen desalentadas por la crisis,
algunas personas se apresuran a llegar temprano a sus trabajos,
no se dan cuenta de que eso no es vivir:
es vivir para otros, mas no para sí mismos,
el tiempo sigue corriendo, 
y riendo, 
y llorando, 
y jodiendo.
Las primaveras se han convertido en inviernos,
y la lluvia es la forma de llorar de alguien,
y yo sigo enamorándome y equivocándome.

19 años y el mundo me queda grande y aún no logro comprenderlo,
19 años y todavía no he aprendido a vivir sin ti y ni lo haré jamás,
te nacieron las alas cuando más te necesitaba.
Y escribo como si un día fueses a leerme,
esperando que donde estés haya toda la tecnología
y me veas y me escuches.

Te llevaron tus flores preferidas, pero ya no estabas para recibirlas;
hablaron tan bien de ti que los poetas tuvieron envidia, pero ya no escuchabas.
Qué tristeza provocas al recordarte, es como un final con puntos suspensivos,
pero me niego a poner el punto final, porque duele, duele demasiado.

Te fuiste de este infierno, pero perduras en mi recuerdo,
porque recordar es una de las formas de vivir.

domingo, 18 de mayo de 2014

Lo difícil del adiós

Tantos recuerdos. Tantas palabras dichas. Tantos momentos vividos. Tantas sonrisas. Tantas canciones escuchadas. Tantas películas vistas. Tantos llantos compartidos y tantas risas con lágrimas. Ese "tanto" duele demasiado cuando la persona con la cual hemos vivido una gran parte de nuestra vida nos dice adiós, pero no por unas horas, sino para siempre. Y una parte de nosotros muere cuando de sus labios salen aquellas palabras de despedida. Se despide con un fuerte beso antes de irse. Y ese beso significa que en sus labios se lleva nuestra alma, nuestros sueños, la luz que ilumina nuestros días, se lleva la razón de nuestro vivir. Deja la puerta abierta. Vemos cómo poco a poco se va desvaneciendo en la calle, el sonido de sus pasos alejándose de casa, vemos cómo su imagen se va haciendo tan pequeña como una fotografía, sus pasos se escuchan cada vez más débiles. Y que al igual que se iba, una parte de nosotros se iba también. Finalmente el silencio entra por la puerta y ese escalofrío nos sacude el cuerpo. No escuchamos su voz. Nos quedamos por un largo tiempo viendo hacia la puerta con la esperanza rota por si se arrepiente y vuelve corriendo a abrazarnos y a decirnos “es una estupidez irse, te quiero”. Empezamos a echar de menos hasta las peleas, ahora tienen sentido aquellas discusiones que empezaban por la más mínima tontería. Nos sentimos vacíos, tan vacíos que es prácticamente imposible cesar con esta angustia y acabar con el nudo en la garganta que nos dice ¿por qué no le detuviste? Pero a veces es imposible convencer a alguien de quedarse cuando lo único que quiere es irse. La gente comienza a decirnos que olvidemos porque no vale la pena, pero qué sabrán ellas de todo lo que hemos vivido con esa persona. Olvidar no estaba en nuestros planes y que duela de esta forma tampoco, porque a veces las heridas son el único recuerdo que nos queda de alguien, y quizá esa sea la razón por la cual decidimos no cerrarlas nunca.

viernes, 2 de mayo de 2014

Eres la razón que buscaba y que al fin encontré

Nunca te ha gustado cómo te ves frente al espejo, nunca te ha gustado cómo se escucha tu voz en las grabaciones, nunca te ha gustado cómo sales en las fotografías, nunca te ha gustado el peso que mantienes y tienes miedo de subirte a una balanza y que aparezcan unos números demás, nunca te has amado lo suficiente como para decir “me quiero”, siempre has pensado que eres inferior a las otras chicas y te has sentido tan pequeña como un grano de arena y casi siempre te has sentido rota como un trapo viejo. Cuando estás sola pones la música tan alta que se escucha hasta el cielo, bailas y cantas, y cada vez que cierras los ojos es como si estuvieras viviendo en tu mundo o en un oscuro paraíso, o en un lugar mejor que la realidad. Te sientes frustrada porque el tiempo va demasiado rápido, tú creces y la vida que llevas no fue la que soñaste de niña, a veces echas de menos los viejos tiempos, echas de menos cuando tu habitación era el santuario perfecto para soñar, la vida poco a poco fue matando tus sueños y las esperanzas que tenías en ellos, ahora piensas que eres un cuerpo sin alma, sin vida, sin ganas de luchar, sin ilusiones. Pero, cariño, vamos. Si tú tan sólo te miraras con mis ojos, si tú te escucharas con mis oídos y si fueras yo por un instante entenderías por qué te amo tal cual eres, no fue un físico lo que me enamoró, sino la persona que vive dentro de ti, esa que tiene aún la esperanza de volver a la vida real, porque está latente. Tus ojos negros son como esa carretera por la cual amo pasar, incluso intencionalmente, sólo por volver a sentirla y sentir la libertad que de ella desemboca. No cambiaría nada de ti, porque yo no me enamoré de una chica de revista, yo me enamoré de una chica humana, tan real que tiene defectos y virtudes, potencialidades y debilidades. Olvida a los haters, porque te estoy amando y eso es lo que realmente importa, porque qué importa el mundo si alguien te está amando. Yo me enamoré de aquella chica que sonríe después de llorar por largas horas, de aquella que me hacía tartamudear cuando la tenía cerca y que me hacía temblar hasta los labios, es tan grande que no hay palabras para describirla, porque describirla sería limitarla y ella no tiene límites. Eres la mejor guerrera. Nunca dejes de sonreír porque iluminas el día de más de alguna persona que te quiere. Y gracias a ti entendí lo del amor a primera vista, gracias a ti entendí que el amor no es cambiar, sino complementar. Esas pequeñas cosas que tienes son las que te hacen única. Deja que los demás hablen lo que quieran, al final, son sólo palabras vacías, sólo tú sabes cuánto te duelen las heridas causadas por el pasado, sólo tú, nadie más, tus cicatrices son tu historia. Comúnmente padeces de insomnio, pero tienes las ojeras más preciosas de toda la ciudad. Quiero que sepas que no importa lo que pase, yo estaré ahí para ti, porque eres el sentido de mi vida y tú eres la razón que tanto estaba buscando y que al fin la encontré en el lugar donde pensé que nunca la encontraría.