viernes, 27 de junio de 2014

La felicidad se encuentra al final del peor desastre

Siempre me he cuestionado sobre el origen del dolor y de la soledad. Pero de algo estoy seguro, estos dos sentimientos se aliaron para joder la existencia a más de uno. Esto me incluye. Mientras fui creciendo, me daba cuenta de una serie de eventos que pasaban mientras las personas crecían, por ejemplo, la infelicidad era cada vez mayor. Me preguntaba, ¿Será que son infelices porque trabajan en lugares que de pequeños odiaban? ¿Será porque siguieron los sueños de alguien más, pero no los de sí mismos? ¿Será porque la vida que soñaron de niños es muy diferente al infierno que ahora viven? Y al paso del tiempo también encontré la respuesta: sí. Culpamos a la vida de lo que nos pasa, pero en realidad los culpables somos nosotros. ¿Por qué una edad en específico tiene que marcar el destino de alguien por el resto de su vida? No hay edad para lograr tus sueños, porque ellos siempre estarán ahí, a menos que tú seas el asesino que acabe con ellos. Nosotros somos los soñadores, pero también está en nuestras manos la vida de ellos. No sigamos el camino de los demás, sigamos el nuestro. Uno de los factores que impide hacerlo es el miedo. Mucha gente tiene miedo tan siquiera de intentarlo. Se privan de su felicidad, incluso se la privan toda su vida. Siempre les he dicho a mis amigos cuando se encuentran ante una situación similar: "Si sale bien, que salga bien; si sale mal, a intentarlo las veces que sea necesario para que funcione". La felicidad se encuentra al final del peor desastre, porque es un lugar donde muchos no se atreven a ir. Pocos lo hacen, por eso hay más personas infelices que felices, porque sólo los valientes lo arriesgan todo por tenerla.

miércoles, 25 de junio de 2014

Al final terminamos siguiendo al corazón y no a la razón

Seguimos enamorándonos
como si nunca
nos hubiesen roto
el corazón.

Seguimos amando
como si nunca
hubiese dolido amar.

Seguimos confiando
como si nunca
nos hubiesen traicionado.

Seguimos sonriendo
como si nunca 
hubiésemos llorado 
hasta quedarnos dormidos.

Seguimos recordando
porque es una forma
de vivir
y
no morir jamás.

Seguimos soñando
por eso de que,
a veces,
es la única manera 
de tener a alguien 
que nos provoca insomnio.

Seguimos creyendo
en promesas,
a pesar de que
siempre las han roto.
Nunca supimos diferenciar
entre las personas que prometen
y las que cumplen lo que no están prometiendo.

Seguimos teniéndole 
miedo a las despedidas 
y a las alturas, 
termina siendo lo mismo
caemos al mismo abismo. 

Lo que amamos 
versus 
lo que es correcto, 
el gran dilema de una vida. 
Pero,
al final 
terminamos siguiendo al corazón
y no a la razón.

Y seguimos riendo 
como si la vida 
no nos hubiese quitado 
las ganas de hacerlo. 

domingo, 22 de junio de 2014

Sonreír también es una forma de llorar

Estás acostado en tu cama, mirando el techo de la habitación. Contando estrellas como contando errores. Infinitos. Estás cansado. Cansado de tanta mierda, de tantas mentiras, de dar explicaciones de lo que haces y dejas de hacer, de que las personas te fallen continuamente. Simplemente estás cansado y no es una excusa. Te sientes perdido, sin una dirección concreta a la cual seguir y conseguir lo que quieres. Ahora la soledad es uno de tus amigos más cercanos, "es peor no estar con nadie", piensas. La vida no pasa, pero el tiempo sí. Porque a veces no vivimos, pero sí crecemos. Y no quieres morir como aquel anciano que murió con sus sueños adolescentes y su último suspiro fue "¿Por qué no me arriesgué?". En tu mente hay un caos colectivo de suicidios involuntarios, no sabes cómo lidiar con eso, porque los pensamientos se tornan deprimentes. Después de todo, sigues sonriendo de la misma manera, como si nada estuviese pasando. Porque sonreír también es una manera de llorar. Tal vez las lágrimas no caen, pero son retenidas, y créeme, eso es peor que cualquier sufrimiento. Sigues buscando algún motivo para seguir respirando. Lo encuentras. Quieres brillar como una estrella, en realidad, como un lucero. Te pones los auriculares y te olvidas del mundo por 3 o 4 minutos, te quedas dormido, sigues soñando porque es mejor que la realidad. Despiertas. Lo único que ves diferente es la fecha, pero sigues en el mismo lugar de siempre. Nada ha pasado desde entonces. Tu instinto hace levantarte. Te lavas la cara triste y pones la mejor cara para enfrentar al mundo. Sales. Das unos cuantos pasos. No sabes hacia dónde vas, lo único que sabes es que quieres irte lejos. La gente comienza a cuestionarse la razón de tu felicidad. Ellos piensan que nada anda mal, cuando en realidad todo anda mal. Nunca lo sabrán, porque llevas una sonrisa disfrazada de tristeza y dolor; de soledad y ausencia.

domingo, 15 de junio de 2014

Pequeñamente inmensa

Niña, te hicieron creer que nadie se fijaría en ti,
es la razón por la que tienes miedo de amar,
tienes miedo de intentarlo,
porque sientes que puedes arruinarlo todo
o piensas que puedes destruir lo poco que has construido.

Te han llamado pequeña,
no saben que escondes el universo bajo tu sonrisa
y que tienes infinitas guerras en tu mente,
y que por las noches bailas con tus alas caídas
danzando en la libertad de la contracorriente.

Ojalá existiera un espejo que reflejara tu interior,
ojalá esta sociedad de mierda acabara con sus prototipos de belleza,
ojalá aprendieran a valorar la belleza que existe dentro 
y no aquella que al paso del tiempo se envejece.

Creadora de anhelos,
exploradora de sueños,
realizadora de ilusiones;
deja que suceda,
recuerda que eres increíble,
simplemente increíble.

¿Qué tengo que hacer para que cierres los ojos
y veas lo preciosa que eres?
Lo haría todo
con
tal
de
conseguirlo.

Porque tú no vales, el precio para las cosas;
tú fuiste, eres y serás
la reina de tu propio mundo.

Te han dicho que eres un cero a la izquierda,
pero tienes el infinito tatuado en el alma 
y tienes tantos recuerdos plasmados en el alba 
donde te encontrabas hablándole a la nada.
Y ya sabes,
ser cero no es malo, 
porque cuando se juntan dos ceros, crean el infinito.

Como cuando la danza del viento 
levanta tu falda y se esconde dentro del paraíso. 
Y sonríes. 
Y alguien se enamora en secreto de ti.

martes, 10 de junio de 2014

El verdadero amor espera, porque sabe que algún día llegará

Ni París,
ni Santiago,
ni Roma;
el lugar más precioso que conozco fue aquella vez que te miré por primera vez y supe que quería estar ahí para siempre, sin importar las ruinas ni los daños. Porque a veces sólo queremos permanecer, querer permanecer en lugares que no son nuestros, pero que aparentan serlo, o que simplemente nos sentimos seguros dentro de ellos, como un cálido hogar. Y no hay nada más bonito que alguien provoque en ti algo que no tiene nombre ni explicación, porque nunca nadie había conseguido que lo sintieras y es la primera vez que lo sientes (como todo lo mejor). Y eso es lo que me está pasando a mí. ¿Sabes?, siento que no quiero perderte nunca. Y contigo quiero visitar todos esos lugares que nunca me he atrevido a visitar, por ejemplo, mis miedos. Y uno de ellos es el olvido. Que sí, que te necesito. Gracias a ti encontré una droga que no fuese inhalada ni inyectada, simplemente eres vivida, has creado una adicción con tu aroma. Y muchas veces tengo esa necesidad de querer que alguien me necesite con la misma intensidad con la que lo hago yo. Y te lo digo nuevamente: No importa cuánto tiempo pase, yo estaré esperando por ti, aquí, donde la vida parece detenerse por un instante y ese instante parece durar una eternidad. Y si tuviera que esperarte por un millón de años, lo haría sin pensarlo dos veces; porque el verdadero amor es aquel que espera sin importar cuánto tiempo tarde en llegar, porque sabe que algún día llegará.

domingo, 8 de junio de 2014

Y seguimos aquí, demostrando cuán fuertes somos

Todos necesitamos un hogar donde poder recostar la cabeza en los momentos difíciles, todos necesitamos a alguien a quien contarle nuestros secretos, todos necesitamos buscar nuestro verdadero “yo”, todos necesitamos salir a caminar un rato a refrescar nuestros pensamientos, todos necesitamos unas piernas donde llorar nuestras penas y nuestro dolor, todos necesitamos ser amados y ser queridos, todos necesitamos que alguien nos diga palabras bonitas, y no sólo cuando estamos mal; todos necesitamos seguridad en nosotros para poder derribar nuestros miedos, todos necesitamos dejar huella en las personas que pasan por nuestra vida, todos necesitamos sentirnos campeones y no sentir que todo lo que tocamos lo destruimos, todos necesitamos a alguien que se preocupe por nosotros, todos necesitamos a alguien que nos demuestre que moriría por nosotros si es necesario, todos necesitamos a una persona que nos entienda y que en vez de darnos consejos, nos abrace todo el tiempo que sea posible; todos necesitamos momentos de gloria, todos necesitamos sentirnos el todo de alguien más; todos alguna vez hemos fallado y también nos hemos fallado a nosotros mismos, todos alguna vez hemos herido sin querer a alguien que queremos, todos alguna vez nos encerramos en nuestra habitación a vomitar todos los insultos que nos han dicho, todos alguna vez hemos sentido ese sentimiento de acabar con todo, todos alguna vez le hemos dicho algo a alguien que lo dañó por completo, todos alguna vez hemos llorado porque alguien no nos corresponde en el amor, todos alguna vez hemos reído después de largas horas de llorar, todos alguna vez vimos cómo el tiempo se llevaba a nuestros seres queridos, todos alguna vez hemos tenido insomnio producido por personas que ni siquiera saben que existimos, todos alguna vez nos hemos sentido rotos por dentro, todos alguna vez vimos cómo un día que parecía el mejor, se tornó el peor; todos alguna vez nos hemos enamorado de personas equivocadas, todos alguna vez hemos escuchado una canción y se nos ha venido a la mente un nombre o hemos visualizado a alguien, todos alguna vez nos hemos sentido más muertos que vivos, una especie de zombi; todos alguna vez nos perdimos y no supimos qué queríamos ni qué sentíamos, todos alguna vez hemos tomado decisiones equivocadas, todos alguna vez le hicimos caso a la mente, en vez de hacerle caso al corazón; todos alguna vez dejamos ir trenes por esperar a personas que nunca llegaron, todos alguna vez no supimos quién éramos, todos alguna vez hemos besado sin sentir nada, como también hemos dicho adiós a personas que nos hacían sentir guerras por dentro; todos alguna vez vimos cómo una persona brilló más que cualquier estrella, todos alguna vez fuimos víctimas del destino, todos alguna vez hemos sentido no encajar en la sociedad ni en cualquier parte, todos alguna vez nos hemos sentido ausentes ante miles de personas a nuestro alrededor. Y seguimos aquí, en pie de lucha, demostrando cuán fuertes somos.

viernes, 6 de junio de 2014

Comenzaron a creer

Ella estaba en su cama como todas las noches; arañándose las heridas, quitándose las cicatrices y arrojándolas al suelo. Pensando que quizá no había nacido nadie para amarla tal y como era, no creía en los príncipes azules ni en los cuentos de hadas, ni en los finales felices como los hacen creen en las películas románticas, ese es el mayor problema: desde niños nos hacen creer en personas que no existen en el mundo real. Ella pensaba que era un poema mal escrito y tirado a la basura, sin darse cuenta que, muchas veces desechamos lo mejor, y cuando nos damos cuenta de lo que hemos hecho, es demasiado tarde, porque ese alguien ha resurgido de los escombros para convertirse en el todo de alguien más. Ella no era un fragmento de un capitulo, ella era el libro entero. Alguien más leía su historia, y mientras más la leía, más se enamoraba de la protagonista, éste se preguntaba si existía una mujer así, lo mismo se preguntaba ella: si existían hombres así.

Y fue así como ambos coincidieron en esta vida, el destino los llevó al lugar y al momento correcto, comenzaron a creer en los cuentos de hadas, tal vez no en los para siempre de los finales felices, pero sí en las grandes e inolvidables historias que suceden con tan sólo una mirada entrelazada y que ahí empieza lo que un día no creyeron.

miércoles, 4 de junio de 2014

Veintitrés veces apretaste el gatillo y veintitrés veces detuve las balas por ti

Ahora comprendo cuando decías que a veces el amor duele y se transforma en un arma suicida y más de alguno termina muerto, o termina herido y después tiene miedo de volver a amar. Veintitrés veces apretaste el gatillo y veintitrés veces detuve las balas por ti, lo que no sabía era quién estaba apuntado hacia mí, eras tú. Y comprendí que el amor no duele, lo que duele son las personas a las cuales decidimos amar, porque hasta el más mínimo error duele, duele de la misma proporción en que se ama, partes igualitarias. Pero eso es lo que jode, no se elige, simplemente sucede. Pero es bonito mientras dura, ¿o no? Lo triste es cuando nos vamos convirtiendo en desconocidos con un par de recuerdos que nos hacen sonreír o nos hacen rompernos en la oscuridad de la noche,  ¿cómo y cuándo?, ¿cómo fue que nos convertimos en esto y cuándo dejamos de necesitarnos? Sé que ambos fallamos. Tú por no corresponder al amor que te tenía y yo por vivir en una mentira de la cual no quería salir. Nos faltaron un par de cosas por organizar juntos, por ejemplo nuestro reencuentro en una de las tantas discusiones que tuvimos. Es incierto todo lo que el futuro nos depara, y no sé, quizá en una de esas jugadas nos incluya a nosotros dos.