Es una chica en llamas,
arde desde los cimientos,
lleva enredados en su pelo los
precipicios en los que ha caído
y se ha enamorado como una
idiota.
Pisa fuerte el acelerador
cuando ve que está a punto de
estrellarse
con una boca que la invita a
una noche
de copas y besos a media luna.
No hay más mundo que el que arde
en sus ojos.
En invierno se pone triste al
ver la fotografía donde abraza a su padre
y su madre le dice que deje ir
lo que hace tiempo dejó de cantarle una canción de cuna.
No olvida la traición,
la puñalada,
el empujón al abismo;
aprendió a no confiar en nadie,
por eso se convirtió en piedra,
una piedra que ni quema
ni congela,
pero que cuando menos te lo
esperas,
llega a una temperatura tan
alta
o tan baja
que ni siquiera el infierno
ni el mismo paraíso se llega a
comparar con tal intensidad.
Es la chica de las fuertes
intensidades:
ama,
ríe,
besa,
llora,
folla,
abraza.
FUERTE.
Tan fuerte que llega a tal
punto de romperse.
De consumirse.
Sueña con algún día dormirse en
un hombro,
mientras mira en retrospectiva
y se da cuenta de que nadie
supo esperarla,
que nadie permaneció,
que nadie dejó ir trenes por si
ella llegaba,
que todos se fueron tras
conocer su invierno.
Es pájaro por las mañanas
y cuervo por las noches.
Te lleva a tocar las nubes
-a jugar con ellas-
y te enseña a mirar con sus
ojos,
porque los tuyos ya te los ha
sacado.
Pobre de aquel que llegue a
enamorarse de una chica como ella,
porque tendrá que renunciar
hasta a sí mismo
por no dejar de ser de ella.
Pertenece a El Club de Chicas
Tristes,
es preciosa,
joder,
tan preciosa que llegué a
enamorarme de ella.
Eres genial, ojalá algún día publiques un libro. :3
ResponderEliminarQue tanto escribes
ResponderEliminarQue tanto inmortalizas 👏
Te amo demasiado.
ResponderEliminarA.