lunes, 9 de noviembre de 2015

Comete errores

Nadie, absolutamente nadie, te dice comete errores. Al contrario, todos te dicen que no los cometas, que los evites a toda costa, que sufrirás una vez cometidos. Pero, ¿es que nadie se ha detenido a pensar que la esencia de la vida va de tener moretones por haberte arriesgado y por haberte acercado tanto a ser feliz?

Que no es a la primera donde uno sonríe y es feliz, sino que es a la décima e incluso a la décima tercera donde sientes cómo una llama comienza a encenderse, poco a poco, hasta convertirse en fogata o en incendio.

Que no es el acierto lo que importa, sino la experiencia que coges en la caída, la estrategia con la que vas a intentar tu más grande expectativa, tu más grande ojalá. Y no es suerte, es sacrificio y esfuerzo.

Que textos como éste sobran, pero no he venido aquí a motivarte, sino a decirte que vales tanto como vale el sol y la lluvia para la supervivencia en la tierra.

Que no todo lo bueno tiene que irse tal como llegó; es lo mejor lo que siempre se queda a tu lado, el resto simplemente pasa por tu vida, ya sea como lección, canción o herida.

BAILA, JODER, BAILA.
¿ACASO ESA NO ES TU CANCIÓN FAVORITA?
TU MOMENTO ES AHORA Y SIEMPRE.
AUNQUE PARA SIEMPRE SUENE TRISTE, DA TUS MEJORES PASOS EN LA TRISTEZA, PÍSALE LAS LÁGRIMAS Y SÁCALE SU SONRISA.

Aprende de la vida, que no se detiene ni intenta parar las agujas del reloj. Aunque la muy hija de puta siempre es la que nos pisa los pies. Písale tú los pies entonces. 
Pero jamás
te detengas.

Mira cómo brillan las estrellas incluso cuando la luna está ausente. Y aprende de ellas. Aprende de lo frío que es sentirse solo, de lo que frío que es verse y sentirse otro.

Hola, ¿quieres concederme este baile?

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