martes, 30 de diciembre de 2014

Mi primer deseo será seguir siendo feliz

Te recuerdo como se recuerdan las personas salvavidas, que dejan sonrisas donde tiempo atrás alguien se encargó de coser la boca con muchos puntos y de crear una historia inestable, a veces con puntos suspensivos, a veces de corrido, sin comas, ni puntos. Como si supiésemos el final: que íbamos rumbo a un colapso fatal contra nuestras ruinas y a desembocar el peor de los accidentes en nuestras bocas.

Gracias a ti, 
por creer cuando lo he dejado de hacer yo, 
por hacerme reír cuando lo único que quería era saltar del puente más alto, 
por darme una mano, no para impedir que cayera, sino para levantarme cuando ya lo había hecho hasta morder el polvo; 
por estar ahí cuando lo único que miraba era soledad, 
por aguantarme en esos días en los que ni siquiera yo podía conseguirlo, 
por estar aquí, sin importar cuánto quemara mi infierno, 
por recordarme que todavía queda mucho por aprender y por caer, 
por dedicarme no sólo tu tiempo, sino también tu vida, tus insomnios y tus ojeras; 
por darme abrazos cuando los demás sólo me daban consejos, 
por animarme con tus tonterías y con tus ocurrencias, 
por echarme saliva en mis heridas, 
por ser el hombro en el cual lloré hasta que mis ojos fueron desierto, 
por compartir contigo las cosas que me quemaban por dentro, 
por soportar conmigo el entierro de las cosas muertas, 
por cada una de las experiencias que viví a tu lado: infinitas gracias.

Porque esta vida puede ser tan corta como corto nos pareció aquel día en que decidimos saltar de nuestros miedos e ir corriendo detrás de nuestros sueños. "No te detengas ni por mí ni por nadie, ve por lo que te hace feliz", me dijiste. Y no supe correr en otra dirección que no fuese la tuya. Gracias por regalarme este año envuelto en sonrisas, dolores de panza por la intensa risa y por los ojos rojos de tanto llorar riendo. El año pasó volando, pasó como pasa una estrella fugaz rozando el cielo: en un momento efímero con una potente luz. No sé si estarás el próximo año a mi lado, pero mi primer deseo será que todas las personas que siempre han estado en mi vida, sigan estando. Y eso te incluye. 

Mi primer deseo será seguir siendo feliz.

domingo, 21 de diciembre de 2014

¿Por qué ella?

¿Por qué ella? Porque es una de esas chicas que busca la manera de hacerse feliz a sí misma y no espera encontrar a un chico que le haga sonreír. Es de las que prefiere apreciar una pintura en una exposición, que ver el móvil. Y cuando camina por la calle se detiene para ver el arte urbano que está en las ruinas de la ciudad. Con sus tonterías es capaz de reírse hasta hacerse llorar y luego va al baño a lavarse la cara para que nadie note que ha llorando hasta la madrugada. No tapa sus ojeras, ella las pone en exposición, porque sus ojos -en cualquier estado en el que estén- son la mayor obra de arte.

Su mejor maquillaje es su locura, y ni siquiera cuando se va a dormir se lo quita.

Es independiente, aquí también incluye que es capaz de curarse sus propias heridas y de remendar sus alas para luego volver a ese cielo -el cual tanto daño le ha hecho-. Cuando está herida no lo notarás en su forma de ser cuando está contigo; si eres capaz de naufragar dentro de sus pupilas podrás ver cuánto le dolió y cuán destrozada está.

Le gusta la poesía y los poetas, también suele perderse en cualquier verso, como también es capaz de destrozarse leyendo. A veces se siente como aquel poema que desechan los poetas, pero, en realidad, es aquel del cual se sienten orgullos siempre que lo leen y del primero que se acuerdan cuando les preguntan que cuál es su poema favorito.

No es fácil de encontrar, tampoco digo que sea imposible. Para saber que es una de esas chicas no basta solamente verla, tienes que sentirla con lo más profundo de tu ser, naufragando por tu alma y cuando sientas que está hecha pedazos, es ella la que ha entrado en ti. Ella es invisible ante los ojos humanos, pero visible para los ojos del alma. 

Pero, por favor, una vez que ella confíe en ti, no la decepciones, porque a ella le dolerá como si le pasaran por encima maquinarias pesadas de construcción, porque ella es tan frágil a cuanto a sus sentimientos se refiere, pero cabrona por defender lo que tanto le ha costado construir. Puede ser un ángel si tú te lo mereces, pero será un demonio si tú le haces sentir el infierno.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Son buenos días, con o sin ti

Son buenos días, con o sin ti, ya que mi felicidad no depende de nadie. Depende de cómo quiera hacer las cosas cada día al despertar y tener ese coraje y la fuerza para ponerme en pie e ir en busca de la felicidad. Y también depende de cómo vea los obstáculos que se me presentan día a día en el camino para llegar a donde quiero.

Mi soledad no la comparto con nadie, tengo miedo de que alguien me la quite y me quede en la terrible desolación. Soledad no es estar en medio de cientos de personas y sentirte ausente, soledad es verte pasar con otro de la mano cuando dijiste que lo nuestro sería para siempre. En una relación está el que sale perdiendo y también el que sale perdiendo, pero con ganas de conseguirlo todo. Y yo esta vez soy el que se ha quedado con la manos sin saber adónde ir y con un montón de cosas que para ti están vacías.

Eres esa cicatriz que no me gusta enseñarle a nadie y que ni siquiera me gusta desnudar por las noches porque, por mucho que diga que ya no me importas, en el fondo todavía dueles. Con la gran diferencia que ahora ya no espero a que regreses, tarde comprendí que no puedes cruzar semáforos en rojo con alguien que le tiene miedo a la velocidad.

Sigo con mi vida, sigo arreglándome el corazón, pero esta esta vez, cuando termine de armarlo será para mí. No le regalaré nunca más a nadie lo que tanto me costó componer. Me versearé y me perderé en mis propias letras. Aunque en más de alguna ocasión te encontrarás en cualquier párrafo que haya escrito en una noche de mierda, porque el recuerdo siempre está a nuestro lado, vayamos a donde vayamos, estemos con quien estemos; tu parte en mi historia estará para siempre en esas páginas, que de vez en cuando regresaré por el placer de volver a sentirte.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Yo renuncio a ti por darme una oportunidad a mí

Hay una bala que lleva mi nombre esperando a ser usada en cualquier momento por ti. Y es que el amor es darle una oportunidad a alguien para que te dispare justo donde se encuentra el corazón. Y tener esa leve esperanza de que no apretará el gatillo en ninguno de esos días en los que tirarse de un precipicio está de más. A ver quién gana en este juego de perdedores.

Llámame tonto, 
idiota, 
estúpido, 
que al final son sinónimos, 
pero nunca me hagas dispararte, nunca me obligues a hacer plomo a quien me ha hecho polvo. A veces tengo miedo de lo que pueda salir de tu boca, posiblemente sean las balas de alguien que amó hasta morder de un lado al amor y que no le importó tanto el hecho de estar perdidamente enamorado, sabiendo que al final lo único que mordería sería el polvo o las cenizas de un amor fugaz. 

Los amores fugaces dejan heridas permanentes.

Esta noche es para siempre
aunque para siempre se queda corto
para lo que gastamos en queremos
en perdernos
y en rompernos

Ojalá un día no me arrepienta por haberte amando por encima de mí. Sé que el amor para ser verdadero tiene que ir dejando heridas, pero no tantas como las que nosotros estamos dejando, parecemos como aquel muñeco que está remendado por el lado que lo veas. Y si un día me arrepiento, ojalá logre perdonarme. Perdonarme porque fui yo quien permitió que me hicieras este desastre.

Me declaraste la guerra como aquel que se la declara a sí mismo y, sin embargo, decidiste continuar sin importar si estábamos ya demasiado rotos como para un intento más. Porque para renunciar también se necesitan muchos cojones, es difícil hacerlo por lo que siempre se ha luchado. No basta con salir a la calle y correr en otra dirección. Yo renuncio a ti por darme una oportunidad a mí. Una oportunidad que me debía desde hace tiempo y por necio me la negué. Nunca supe despedirme a tiempo, quizás esa sea la razón por la cual tengo más cicatrices que sonrisas. Renunciar a alguien es una de las cosas más jodidas que he enfrentado en mi vida, no es fácil despedirte de alguien que una vez dijo que siempre estaría.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Me hacías turista de tu cuerpo y extranjero del mío

A mí no me engañan
que no te engañen a ti tampoco
que engañen a otro loco
porque tus ojos son la octava maravilla
cuando tienes la mirada perdida
en el punto infinito de tu habitación

preciosa
tanto que ni te lo crees
cuando te veía dormir
sentía una paz interior abrumadora
contigo era hacer el amor y la guerra a la vez

no me engaña la astrobiología
tienes planetas dentro de tus pupilas
o si no, cómo me explico
el hogar que acogí dentro de ellos
en una tarde cualquiera

no me engaña la física
me abrazabas 
y levitaba a la altura de las ilusiones
tenías un aeropuerto en los brazos 
y por eso me los abrías tanto
me hacías turista de tu cuerpo
y extranjero del mío
me llevabas a ver mundos y a ver camas
a ver cual de las dos cosas era mejor
aunque cada una de tus pecas era un país a visitar

no me engaña la medicina 
tus besos son la mejor píldora
para sanar cualquier herida

ni siquiera me engaña la poesía 
ni Bécquer
ni Neruda
ni Sabina
no me engaña ningún poeta
tus cicatrices también son el poema más bonito.

sábado, 6 de diciembre de 2014

No me dejes ir

¡No me dejes ir! 
Por favor. 
No me dejes ir...

Sujétame fuerte de la mano para que mis pasos no sean coordenadas hacia el recuerdo y para que mis pies no me lleven lejos de ti. No me dejes morir en esa vieja caja de fotografías que guardas bajo la cama y que tanto te gusta sacar en las noches de agosto. Y bailas con ellas hasta que las estrellas caen y hasta que tus rodillas están débiles. Fuimos tan lejos que ya no importa si regresamos completos, porque ambos sabemos que cuando dos personas se aman hasta con el sentimiento más pequeño, es imposible salir enteros de la historia.

No dejes que el tiempo te haga extranjera de mí. No le concedas el poder al destino de hacer lo que le plazca con nosotros, porque sabes que nos hará trizas con el tiempo y el premio de consolación serán los recuerdos que tendremos en común. Y que luego en las tardes frías de noviembre echaremos de menos y desearemos volver a repetirnos.

Un día dijiste que le tenías miedo a la oscuridad y te dije que sin ella es imposible ver las estrellas. Que sí, que la Luna puede ser visible por el cielo de la mañana, pero no brillará como lo hace por el cielo de la noche. Hemos de ser como dos constelaciones que se buscan por cada rincón de la galaxia para colapsar ante las cámaras de los satélites. 

Tú eres mi estrella Sirius -la más brillante entre todas las estrellas del universo-. 

No sé si siempre nos quedará París, lo único que tengo seguro es que no importa las direcciones opuestas en las que nos lleve la vida, un día volveremos a tropezar con la misma piedra. Y entonces lo haremos hasta doler nuevamente.

¿Recuerdas aquella vez en la que nuestras miradas se rozaron los sentimientos y adentro encontramos un hogar en el cual habitar? Ojalá, porque yo nunca olvidaré lo que quizás tú en un futuro, sí. Posiblemente me vaya algún día, o posiblemente seas tú quien lo haga primero. No importa el orden de las circunstancias que nos separen, y ojalá no nos separe ni el cielo ni el infierno. Ojalá me equivoque y que el universo conspire para tenernos cerca.

No digas nada, deja que el silencio lo diga todo. Algunos quieren ser como Romeo y Julieta; otros tener una aventura como la de John F. Kennedy y Marilyn Monroe. Pero nosotros queremos nuestra propia historia, con sus altibajos, sus imperfecciones y sus locuras.

Abrázame, anda. Hoy más que nunca quiero sentir lo que es tener un lugar en el cual refugiarse en invierno y abrigarse los sentimientos antes de que se congelen, o antes de que un pájaro se coma mi corazón.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Libertad musical

"La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor".
Kurt Cobain

Me molesta leer ciertos comentarios discriminatorios y racistas en los vídeos de YouTube o en cualquier red social, ya sea dirigido al cantante o a sus admiradores. Es un poco triste ver hacia dónde va el mundo por personas como estas. La vida es individual, cada persona tiene derecho a escuchar lo que se le dé la gana. Y eso no lo hará mejor ni peor persona. 

¿Te gusta el rock? Perfecto. 
¿Te gusta el pop? Perfecto.
¿Te gusta el K-Pop? Perfecto.
¿Te gusta más la música en inglés que en español? Perfecto.
Y no por eso tienes que perder el respeto hacia los demás.

La música como los colores: para gustos.

Cada persona es libre de elegir lo que quiere escuchar, lo que quiere ver y lo que quiere leer. No puedes obligar a alguien a escuchar la música que a ti te gusta. Cada persona tiene gustos diferentes y no puedes cambiar sus preferencias. 

Que sí, que valen las opiniones de todos, pero, entonces ¿a qué le llamas opinión? Llamar "retrasados" a cierto grupo de persona por escuchar a cierto cantante o banda. Hoy en día la libertad de expresión se ha dirigido en una dirección equívoca. Insultar, según la RAE, es ofender a alguien provocándolo e irritándolo con palabras y acciones; mientras que opinión es un concepto en que se tiene a alguien o algo. ¿Entonces?

Ya es hora de que cada persona se meta en su vida, se preocupe de sus obligaciones y deje en paz a los demás. Un día iba por la calle y me fijé que un grupo de "amigos" estaban molestando a un chico porque iba escuchando a una boy band británica. Le gritaban cosas como: "Maricón", "Miren a esa niñita". Y a mí me entraron ganas de irles a partir la cara, porque es así como van jodiendo la vida de los demás, por insultos como estos.

¿Adónde quieren llegar estas personas? Para mí son la peor enfermedad de la sociedad. Una sociedad que es la misma la que le inculca estos actos sucios a la misma sociedad. Es un círculo vicioso y asqueroso, ¿no creen?

Así como hay buenos cantantes y bandas en décadas pasadas, también los hay hoy en día. 

Yo admiro demasiado tanto a cantantes de los 50s, 60's, 70's, 80's, 90's; como de los 2000. He sido muchas veces insultado por la misma cuestión, es cierto, no me importa lo que digan los demás, pero no soy sordo, escucho cada palabra que me han dicho, pero no por eso voy a dejar de escuchar la música que me gusta.

Cuando a uno le gusta una canción no la puede dejar de escuchar día, tarde y noche.


"El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla".
Robert Browning

He visto a gente salir adelante escuchando a sus cantantes favoritos, porque al escuchar sus canciones es como si fuesen un salvavidas. Y pareciera que nadie puede sacarte de ese agujero del que no puedes salir solo, pero entones viene la música y lo hace por todas las personas que te dieron la espalda. Adolescentes que la música los salvó de terminar en un hospital por cortes en los brazos y que a día de hoy ya no lo hacen. 

La música sólo puede ser sentida por aquellos que de verdad saben respetar al resto, porque la música no es ningún tipo de vandalismo. La música es unión. Une países y continentes enteros. Une al mundo.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Sólo alguien que está igual de roto que tú puede entender cuánto duele estar así

La vida no es que sea dura, es que nos hace duros con el tiempo. Ya sea por voluntad propia o porque nos obliga a serlo. Y gracias por ello, ¿no? Que si no fuera por los tiempos difíciles seríamos inexpertos en todos los sentidos. No aprenderíamos a elegir a las mejores personas, a saber cuál es nuestro amigo y cuál nuestro enemigo, a saber diferenciar entre alguien que nos ama completamente y alguien que lo hace a medias. 

Hay que ser, pero bien despistado, como para tratar a alguien como una necesidad cuando éste te trata como algo momentáneo. Hay que elegir a quien nos quiera para un café por las mañanas y una despeinada por las noches, no para ratos, sí para toda la vida. 

A ver, dime, ¿te preparo los labios o me preparo tristeza?

Aunque si me das a elegir, entre una cosa y la otra, siempre te preparé mis besos, porque el besar es la conexión más cercana que podrás tener con alguien, independientemente de dónde estaremos mañana. Tú aquí y yo perdido. Y ojalá tengas las ganas de buscarme cuando no sepa cuál es mi norte ni mi sur. Ojalá no me equivoque al dedicarte mi tiempo, que es algo que no podré comprar en ninguna tienda. Dicen que es lo más valioso que le das a alguien, aunque para mí lo más valioso, más que el tiempo, es tu vida. Dedicarle tu vida tiene mucho más peso que el dedicarle tus horas a alguien. Y al igual que el tiempo; la vida tampoco se puede recuperar una vez perdida.

Por eso debemos valorar a todo aquel que se a quedado a nuestro lado a pesar de nuestros momentos insoportables y de nuestra inestabilidad sentimental y financiera; a los que permanecen aun sabiendo cuántas cicatrices cargamos en la conciencia; a quien no duda ni por un segundo en matar monstruos con nosotros y a prenderle fuego a las telarañas mentales.

Nuestra mirada perdida no es más que el deseo de ver a alguien justo en ese rincón (en ese que con el tiempo se convirtió en el favorito de nuestra mirada, porque hay algo allí invisible que nos ata la vista) para contemplarle por mucho tiempo, sin importar si se nos dilatan las pupilas. Dicen que las mejores vistas se tienen al lado de alguien, pues no sé a qué estamos esperando para ir a buscar a alguien que tenga las suficientes ganas para verlas a nuestro lado, quizás lo mejor que nos pueda pasar es encontrar a alguien que esté igual o más roto que nosotros. Los dos sabremos curarnos las heridas mutuamente y remendarnos por partes, porque ambos sabremos cuánto ha dolido y cuánto duele estar así.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Todo vale la pena, pero no todos valen la pena


Mi abuelo un día me hizo saber que nada de lo que diga estará a la altura de lo que sienta en el momento. Es por eso que a veces callamos y el silencio es la mejor respuesta a cualquier pregunta. O una sonrisa bajando la mirada, como dando a entender que hay algo dentro que hace que nos sintamos tímidamente enloquecidos. O algo así. Yo qué sé.

Tal vez el secreto de la vida está en quererlo todo y abrazarlo fuerte una vez que lo tengas para que nadie te lo quiete. Porque, si de algo estoy seguro, es que los "para siempre" se rompen en el segundo en el que pasa la terrorífica idea de abandonarlo todo; y que los "nunca" llegan en forma de persona. Creo que es una bonita forma de que la vida nos mate a través de las circunstancias, o de las personas.

Esta trama está llena de despedidas y bienvenidas. Cuando alguien sale de nuestra vida, otra persona está terminando de empacar para darse un largo viaje por la nuestra. He pensando que las personas que realmente queremos son aquellas que tomamos fuerte de la mano para cruzar la calle y si vamos delante de ellas, las jalamos de empujón. Porque moriríamos si algo les pasara. 

Todo vale la pena, pero no todos valen la pena.

Hay gente que viene, te marca y se va; gente que viene, hace que creas en ti y se va; gente que viene de empujón y sale destrozado; gente que entra doliendo y nos deja una sonrisa; y gente que entra con el un disfraz -como queriendo obtener algo de nosotros- y después nos deja todo en el suelo, incluyendo las ganas de sonreír.

Nada más bonito que alguien decida embarcarse contigo en el naufragio turbulento. Llevas como bandera: "La resistencia antes que la velocidad". Algo es cierto: Aquí no importa si llegas demasiado lejos o si te quedas corto en el camino, importa la resistencia que tengas para enfrentar todo lo que se te presente durante el trayecto. Quizás a algunos no se le presenten tantos obstáculos como a ti, pero ten por seguro que es para que aprendas a aprender de las situaciones difíciles y para demostrarte a ti mismo de que puedes salir de esta y de las que vengan.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Odiemos el hecho de estar tristes todo el tiempo

Dicen que soy estúpido, entonces si ser estúpido me hace feliz: quiero serlo toda la vida. Algunos piensan que ser tonto -tener esa pequeña fracción de ingenuidad ante las circunstancias- hace a una persona estúpida. Y no, puesto que ser tonto es darse cuenta de lo que pasa y no querer entenderlas, porque en el fondo se sabe que terminará rompiéndonos. No sé, quizás completamente.
Soy feliz, qué más da el porqué. A veces no hay motivos para serlo, simplemente es un estilo de vida que se debe manejar desmedidamente. De no dejar que nadie te quite lo más bonito y valioso que posees: las ganas de sonreír, pase lo que pase, así sea que un tornado haya hecho de nuestra vida el peor desastre jamás existente en la historia de la humanidad, todavía quedarán razones para sonreír frente la tempestad. ¡Sonríe a tus enemigos! Que eso los enfada.
He aprendido a valorar lo que tengo en el presente y a dejar lo que está en el pasado, allí, en el pasado. Eso me lo enseñó un viejo amigo, él me dijo: "Tienes que aprender a dar lo que te dan, incluyendo el valor y la importancia que te dan a ti". Y razón lo le faltaba, porque a veces somos injustos con las personas que nos quieren, ellas pueden estar allí, dándolo todo por nosotros; mientras nosotros seguimos dándolo todo por alguien, cuyas indiferencias, traspasaron nuestra piel.
No me doy por vencido fácilmente, creo que soy una de esas personas necias e insistentes en lo que verdaderamente desean y son felices hasta que lo obtienen. A diferencia, algunos dejan de buscar a la primera: al primer tropiezo, caída o decepción, sin saber que las grandes cosas y las grandes personas son las que tardan más tiempo en llegar a nuestra vida; por eso vale más jugar con el destino, que quedarse sentado esperando a que las cosas caigan del cielo. Y es por eso que terminan con las manos sin saber adónde ir y con el corazón vacío.
Vivamos, 
sonriamos, 
cerremos los paraguas, 
bailemos al ritmo de la lluvia, 
dejemos que las pequeñas cosas nos calen los huesos, 
amemos por encima de todo y de todos, 
odiemos el hecho de estar tristes todo el tiempo, 
tendamos una mano a nuestros enemigos, 
brindemos por lo que tenemos y queremos, 
alimentemos nuestra coraza, 
regalemos terceras oportunidades a quienes las merezcan, 
hablemos de lo bonito de la vida, 
dejemos a un lado el pensar demasiado en lo que hubiese pasado si
y enfoquémonos en lo que podrá pasar si,
follemos con sentimiento hasta el cansancio, 
cantemos hasta que nuestra garganta no pueda más.
En general: ¡Vivamos!

lunes, 24 de noviembre de 2014

Para algunas cosas sí es demasiado tarde


Pareciera que no tuvieses una historia que contar a los demás y entonces parece que la única salida que encuentras es saltar al mar y dejar que te lleve a cualquier isla desierta, esperando que nadie te encuentre, porque te sientes un poco cansada: cansada de la mayor parte de las cosas y de la mayoría de gente, porque, a día de hoy, el sol ha salido para todos, pero no llega a calentar tu hogar.O al menos así le llamas al bucle de emociones repentinas y deseos fugaces.

Sales, caminas un poco por esos lugares donde un día fuiste feliz, sin importar si en un futuro lamentarías no tener cerca a la persona que estuvo allí. Respiras, inhalas nostalgia, entonces el recuerdo se apodera de ti y comienzas a llorarle. Te lamentas por no haber hecho nada para detenerlo cuando un día te dijo que no sabía cuál era su norte, y no hiciste nada porque creíste que lo perderías más; porque ni siquiera tú sabías encontrarte en el mapa que tienes. Aún no le encuentras un significado a las emociones momentáneas y a los sentimientos inestables.

Levantas la frente, ves a las estrellas y pareciera que desde que se fue, han perdido el brillo tan peculiar que las caracterizaba cuando las observabas cuando todavía creías en ti; cuando todavía tenías esperanza de tener una historia digna que contar a tus hijos y señalarles quién fue el amor de tu vida.

Conoces a otra persona con la que te sientes bien, se ve buena gente: entonces comienzan a salir y a mandarse mensajes de texto. Comienzan a dedicarse canciones y a recitarse poemas. Van al cine y ven una película con una trama no tan buena, pero con buenos actores. 

Pasan los días, las semanas, los meses, incluso los años. Llegas a conocer del todo a esa persona y te pide matrimonio. Aceptas con lágrimas en los ojos, aunque no sabe que esas lágrimas no son por emoción, sino por resignación a la persona con la que un día planeaste un futuro.

Llega el día de tu boda, caminas al altar con una sonrisa disfrazada de tanta soledad; se escucha un estremecedor "sí" al "aceptas amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe". Todos se levantan, aplauden y se produce un eco en la iglesia.

Te duermes todas las noches junto a alguien tan diferente al que soñaste desde pequeña; él duerme, pero tú sufres de insomnio, porque tu vida no es la que planificaste. Una lágrima cae y moja la almohada. Sueñas despierta. Duermes y tus sueños son tristes. Lo echas de menos, lo amas con locura a pesar del tiempo, todavía sigues emocionándote con la idea de que algún día puedas encontrarlo de nuevo. Te sientes culpable, no quieres hacerle daño a la persona con la que duermes cada noche, porque tus pensamientos vuelan lejos de ese lugar, muy lejos: tratando de encontrar de una razón para seguir en el camino, para no caer en el mismo tormento.

La vida los ha llevado a lugares diferentes con personas desiguales. Se echan de menos, se necesitan con una intensidad que rompe los números de la física. Sus pensamientos se chocan y se entrelazan nuevamente, saben que ahora se convirtieron en el fruto prohibido, no pueden hacer nada, excepto romperle el corazón a quienes están allí. Y prefieren seguir con una mentira. Sin saber que es una bomba que va creciendo con el tiempo.

Te dan la mejor noticia de tu vida: estás embarazada.

Tienes hijos, los miras como aquel ciego que vio por primera vez. Sonríes y ahora se han convertido en el sentido de tu vida, juegas todo el día con ellos, haces las tareas por las noches, les cantas una canción de cuna antes de dormirse, rezas porque sean felices en esta vida. Y ahora estás dispuesta a dar la vida por alguno de ellos.

Crecen, llegan a la universidad y se gradúan. Te mencionan en las palabras de agradecimiento y se te hace inevitable no llorar porque se han realizado como profesionales. Te sientes orgullosa de ellos, tus ojos te brillan y las arrugas salen. Tu pelo ahora es blanco ceniza.

Se van casando, uno por uno.

Finalmente se casa el último, lloras de felicidad, porque tus hijos están gozando a plenitud de la vida y se han realizado como personas. Lo que siempre deseaste para ellos: lo mejor de este mundo.

Pasa el tiempo, mucho tiempo. Sigues allí, quieta, sin mover ni siquiera los labios, porque sabes que si dices algo, terminarás por romperte el corazón.

No aguantas más, rompes el silencio.
El divorcio está en trámite.
Legalmente divorciados.
Lo buscas por toda la ciudad, te dan la dirección de uno de sus hijos.
Te da malas noticias: ha muerto.
Vas al cementerio, le llevas rosas rojas -como él solía llevarte-.
Le hablas y le dices cuánto lo amas.
Das el último suspiro antes de irte.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Cicatrices

Decidió besarme por última vez. Recuerdo aquella tarde de abril como si fuese ayer. El verano llegaba, pero todo parecía que el invierno de mi vida había llegado.

Caminé por un buen rato mientras trataba de resignarme a lo que no quiere permanecer, pero se me hizo tan imposible lograrlo, que terminé con vértigo. Y con las manos frías y con las ganas de no saber adónde ir. Creo que estaba jodido. Mucho, diría yo.


Cuando llegué, estaban las maletas en el taxi, ella me lanzó una mirada triste. Yo le dije que fuese feliz, aunque por dentro me moría.

Cuando entré, todo estaba ordenado, menos los sentimientos, porque por los muy hijos de puta he terminado con muchas heridas, pero es bonito mientras duró. 

Pasaron varios días antes de darme cuenta de que sobre la mesa estaba una carta, que decía lo siguiente:

"Querido Ben, sé que no existen palabras para explicar una despedida, sé que ni siquiera el tiempo logrará cicatrizar tus heridas y que llegará un día en que te cansarás de tenerlas siempre abiertas y lo harás por cuenta propia.

Créeme cuando te digo que traté la manera posible de dejar un buen recuerdo en ti, pero, por desgracia, al final del día, terminamos siendo una cicatriz más en la colección de la vida. Cuando tratamos de ser un buen recuerdo, en realidad, lo que hacemos es que inconscientemente le hacemos daño a las personas que más queremos. 

Quizás nunca entenderemos a la vida, ni ella logrará entendernos a nosotros, pero ¿no crees que el sentido de la vida es recordar solamente lo que nos hace sonreír en nuestros peores momentos, y olvidar todo aquello que nos quita la sonrisa? Quiero decir: a veces la solución y lo mejor que podemos hacer es seguir en el camino, sin dejar de recordar lo que nos mantiene de pie y quitarnos de encima todo lo que nos pesa, por ejemplo, los malos recuerdos. Eso pesa demasiado y no nos sirve para nada, excepto para torturarnos con lo mismo cada minuto de nuestra existencia.

Más allá de lo que quiera o no, quería hacerte saber que me quedaría por siempre a tu lado, lastimosamente las circunstancias, o la propia vida, nos separan de un abismo y de otro. En este caso, somos abismos que se encontraron cuando el río era nuestra unión, pero llega un día donde lo único que nos une son las extensas raíces de los árboles, y, por más que pase el tiempo, quedan allí, aunque estén secas.

Me despido, pero ya sabes: la vida nos hizo tener algo en común, lo cual recordaremos para siempre. No todo lo malo es malo, ni todo lo bueno es bueno. Tenemos tantas cosas bonitas por recordar, así discúlpame por haber dejado una cicatriz en ti."

Luego entendí las razones por las que la gente se va, no todas se van porque quieren, algunas lo hacen haciéndonos saber que se quedarían toda su vida a nuestro lado. Y es bonito.

No tuvo por qué disculparse, puesto que quizás yo también soy una cicatriz en ella. Y las cicatrices siempre estarán allí y tienes que aprender a vivir con ellas.

martes, 18 de noviembre de 2014

Chica precipicio

La vi y lo primero que se me vino a la mente fue un precipicio, no me preguntes por qué, porque ni siquiera yo sé la respuesta. La vi sonreír y vi mucha tristeza detrás de esa lúcida y desafiante sonrisa. Y la vi llorar en medio de la noche, cuando los pájaros cantaban un poco tristes, a sabiendas de que ella se ponía peor al escucharlos cantar con ese tono de voz. La vi enloquecer en sus momentos de tranquilidad y la vi tranquilizarse en donde la locura parecía ser la única solución a todo lo demás. La escuché y sus notas vocales me parecieron la melodía más preciosa que ninguna orquesta ha tocado jamás. Es preciosa, sólo basta verla a lo lejos y escuchar su voz cerquita del oído para darse cuenta de que es la chica que se queda para siempre, incluso cuando el vuelo la llevó lejos de aquí. Es una bonita forma de estar sin estarlo, ¿sabes? Está loca, tanto como puede y es feliz. No le importa lo que la gente pueda decir de ella, lo único que quiere es sentirse libre, haciendo lo que su corazón le dicta, y casi siempre es la eterna enemiga de lo que es correcto. El sol no es nada si lo comparo con el brillo que tienen sus ojos cuando habla de sus sentimientos. Es que las palabras no le llegan ni a la punta de los talones, tienes que verla cuando sonríe secretamente y tapándose la boca. Y se sonroja.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Algo muy personal

Anoche sufrí insomnio por estar analizando a la gente que en estos momentos conozco y de las que conozco desde hace mucho. Y he llegado a la conclusión de que algunas sólo te buscan cuando quieren algo de ti. Hay muchos demonios disfrazados con piel de oveja. Gente con cara de "yo no rompo un plato". Esas son las peores, lo digo por experiencia propia. No tengo mucha ropa, cuando voy a la universidad repito y no me avergüenza decirlo. ¿Por qué tendría? No tengo el mejor cerebro, soy difícil aprendiéndome los folletos y los libros para los parciales y para los exámenes finales. Cuando paso a exponer, en frente de todos mis compañeros, tengo el problema de que me tiemblan hasta los labios, por eso tartamudeo casi siempre y comienzo a sudar. Es algo que no puedo controlar. Es algo que no está en mis manos. He pasado muchas noches, entre lágrimas, por la misma razón. Culpándome a mí mismo por ello. Me he fijado que algunos de mis compañeros se ríen por la misma razón, se burlan de mí cuando es mi turno. Ellos quizás piensan que yo no me doy cuenta, pero sí lo hago. Y quisiera no hacerlo, para no joderme todas las noches preguntándome lo mismo: ¿Por qué? Puedo pasar semanas estudiando, pero cuando es el momento se me olvida y decido leer. Muchas veces me he sentido ignorado por muchos de ellos y no saben qué sentimiento más asqueroso.
No soy el mejor estudiante, ni la mejor persona. Tal vez ni siquiera sea el mejor amigo y a veces me digo a mí mismo de que no merezco ciertas personas ni ciertas cosas. Muchos me preguntan de por qué me he refugiado en la Internet. Y mi respuesta es la misma de siempre: porque en Internet he encontrado mejores personas de las que nunca he conocido en la vida real. A mí siempre me ha gustado la idea de pasar, aunque sea un día con esas personas virtuales que me comprenden y que cuando estoy mal, se preocupan y me mandan mensajes para que esté mejor. Sé que a veces no ayudan las palabras, sino los abrazos.
Ayer comprendí que hay personas a las que uno les importa una mierda, que te buscan, como dije anteriormente, para obtener algo de ti. Yo siempre he pensado que las personas nunca debería de creerse, de llevárselas de tener mucho dinero. Al final, uno termina donde todos acabaremos un día: en el cementerio, compartiendo terreno.
También he conocido a religiosos que se la llevan de alabar mucho a Dios e ir a iglesias todos los días. Luego ignoran al prójimo y hacen de menos al pobre. He conocido a gente que cuando se junta con otra gente se aleja de ti, que incluso llegan a burlarse después de ti. Nunca debes de darle, en su totalidad, la confianza a alguien. Porque un día utilizarán todo lo que les cuentes a su favor.
De ahora en adelante trataré a la gente como me traten a mí, después no vayan a estar diciendo de que cambié, porque es así como me tratan. Sentirán cómo duelen sus personalidad tan asquerosas, que provocan nauseas y dan ganas de ir a vomitar al baño. Ya no más, ya no más de tanta mierda. El que conocían ya no existe, murió. Desde hoy soy alguien muy diferente.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Qué es la vida?


Un día alguien me preguntó que qué era la vida. No tuve una respuesta en ese momento. Yendo a mi casa, traté de encontrarle varias respuestas a la misma pregunta. No puedo hablar en general, porque cada persona tiene un concepto en sí sobre lo que es la vida, esto varía de lo que ha vivido y de las experiencias que ha tenido. 

Unos pensarán que la vida es nacer, crecer, estudiar, entrar a la universidad, conseguir un buen empleo, casarse, tener hijos y morir de la mejor manera. Otros dirán que es comer, ir al baño, dormir, sobrevivir de una manera digna y finalmente morir. Están los que seguirán la teoría de la humanidad: nacer, reproducirse y morir. 

Para mí la vida no tiene un concepto en sí. La vida es una oportunidad para experimentar una serie de eventos, lo importante aquí son las personas que conocemos en el camino, aquí no importa el final de la vida, sino el camino que estamos caminando. Si miramos hacia atrás nos daremos cuenta de lo mucho que hemos avanzado, pero si miramos hacia adelante nos daremos cuenta de lo poco que nos queda por vivir. Lo que importa es lo que hemos recorrido, a quien hemos conocido, las elecciones que hemos tomado (sin importar si fueron buenas o malas), aquí se trata de aprender de lo poco que vivimos. 

La vida es la mejor escuela, te enseña a través de los peores momentos, en donde aleja a todos para demostrarte a ti mismo de cuán eres capaz de sobrepasar una situación de esa magnitud. Y sin importar cuán alto estés, ella te empuja intencionalmente sólo para ver si te levantas o si te quedas tirado. 

La vida es una lección, se trata de ir aprendiendo de cada situación. No te olvides de dejar las mejores cicatrices en aquellas personas que se van quedando en el camino, porque tu recuerdo dependerá de cuánto las hayas marcado (asegúrate de no dejar cicatrices dolorosas, asegúrate de ser una de esas cicatrices que te gusta quitar la costra, sólo para que sangren de nuevo y sentirlas otra vez). De eso se trata, de ir dejando las mejores cicatrices en las personas correctas. Que llegará el día en que mirarás hacia atrás y verás una larga fila detrás de ti, será tu historia. Trata de que sea la mejor posible. 

Y por más que trates de quitar a alguien de tu vida, no podrás, porque una vez que alguien haya entrado en tu vida, ya no podrá salir de ella, aunque se vaya. ¿Cuántas veces te ha pasado que quieres olvidar a alguien y no puedes? ¿Ves a lo que me refiero? Las personas no se van del todo de tu vida, se quedan para siempre, acompañándote en formato recuerdo.

La vida es el cortometraje más largo, de nosotros depende ponerle música de fondo a los momentos. Hay drama, dolor, soledad, alegría, muertes, nacimientos, angustias, problemas, éxito, fracaso, lágrimas, sonrisas, caídas, tropiezos, procedimientos que nos llevan a un resultado, resultados que se ven conforme a lo que hacemos, hacemos lo que amamos, amamos lo que queremos, queremos lo que deseamos, deseamos lo que anhelamos, anhelamos lo que un día soñamos y soñamos porque la vida es mejor así, porque la vida es un sueño de alguien más. 

En la vida hay que cometer los mejores errores y las mejores locuras, al final eso es lo que te hará reír de viejo. Y es lo único que nos llevaremos de este mundo: cómo nos hicieron sentir las personas. La vida es nuestra película y la veremos completa el día que fallezcamos.

Tal vez la vida no sea una máquina de cumplir deseos, pero sí una oportunidad para alcanzar nuestros sueños. No se trata de superar a alguien, sino de llegar más alto que nuestras expectativas. Lastimosamente los soñadores están en peligro de extinción, cada vez son menos las personas que sueñan y creen que sus sueños se harán realidad, son pocas las que aún creen en las estrellas fugaces. La excusa que más he escuchado es “La vida mató mis sueños”, pero en realidad, la vida los mató a través de ellos. Porque nosotros tenemos en nuestras manos el poder para hacerlo.

La vida es un sentimiento abstracto: puedes tocarlo, vivirlo, sentirlo, gozarlo.

La vida es uno de esos regalos inexplicables, que les das vuelta, y vuelta, y no le encuentras un sentido, pero un día se lo encuentras.

martes, 4 de noviembre de 2014

El amor a veces mata, en otras ocasiones es nuestro salvavidas

Mi abuela siempre decía que las personas que quieran estar en tu vida, lo estarán sin ningún tipo de presión. Que los infinitos no están sólo por estar, están para llegar a ellos. Y que los imposibles están para alcanzarlos, sin importar cuánto tiempo nos tome hacerlo. El amor a veces mata, en otras ocasiones es nuestro salvavidas. Así como puede llevarnos a la superficie, también puede hacerlo hasta tocar fondo. Amamos porque somos seres emocionales y lloramos porque es el mayor signo de vida desde que nacemos. No somos conscientes de lo que hacemos, nos equivocamos como puede equivocarse alguien que ya saltó desde el puente más alto, pero éste ya no tiene vuelta atrás. Podemos equivocarnos y luego pensar en que hemos actuado de una manera equivocada e ir a disculparnos, y esto significará que has crecido como persona. Todavía recuerdo las palabras de una maestra: “Los problemas se acaban en el cementerio”. Y razón no le faltaba, el cementerio está lleno de cuerpos vacíos, porque sus almas ya se encuentran en un lugar mejor. Vivamos cada día como si fuese el primer día del resto de nuestra vida, aprendamos a perdonar a quien nos ha traicionado, a dejar ir a todo aquel que no quiere quedarse y a darle una oportunidad a la vida, porque es demasiado corta como para quejarse la mayor parte del tiempo, sin ni siquiera pensar que a otras personas ya no les queda nada, sin pensar que otras personas están más jodidas que nosotros y que todavía, muy en el fondo, todavía les quedan ganas. Así que no me digas que no, porque haré hasta lo imposible para sacarte el sí.

viernes, 31 de octubre de 2014

¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Te robas las miradas, pero no los corazones. Te dicen “hola”, tú dices “adiós”. La felicidad se asoma a ti y huyes, le tienes un miedo interno, incluso le has puesto una orden de restricción para que no se acerque a ti a más de 10 metros. Corazón de piedra, pero cuando se calienta llega a quemar. Te mueves como si nunca hubieses tropezado en la vida, sin mirar atrás, a veces te gusta ver el retrovisor para tener un sostén al cual aferrarte en los tiempos donde no tienes a nadie a quien agarrar de la mano. De vez en cuando te gusta hacer complicadas las cosas, porque te gusta tener un poco de diversión en la historia. Te gusta el amor, pero no te gusta que te rompan lo más bonito que posees: las ilusiones. Eres preciosa, los años han pasado y han hecho de la curva de tu sonrisa la octava maravilla del mundo. ¿Qué harías si no tuvieras miedo?, miedo a que te lastimen, a que te rompan el corazón, a fracasar cuando estás a punto de alcanzar lo que amas, a perder algo que no podrás reemplazar. Harías de todo, menos tristeza. Tus pensamientos parecen ser tus enemigos, te contradicen la mayor parte del tiempo, privándote de muchos placeres de la vida. Tienes miedo de sufrir amnesia y olvidar tus únicos momentos felices. La realidad le gana por excelencia a tus peores pesadillas. Sonríes cuando nadie te ve, de igual forma lo haces cuando lloras. El brillo cristalino de tus ojos no es más que un montón de lágrimas acumuladas.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Turismo emocional

Sé que amarte y echarte de menos al mismo tiempo ha dejado todas estas cicatrices en mi corazón. He arriesgado por ti de lo que nunca he arriesgado por nadie. Me he fallado por no fallarte. Me hice una herida con la forma de tu sonrisa observando el crepúsculo de tus ojos reflejado en los míos. No puedo dejar de pensar en ti como si nada hubiese pasado y como si las cicatrices no sangraran de nueva cuenta cuando sin quererlo te recuerdo, tomando un respiro por las grietas causadas por la resequedad de mis labios y ésta provocada por la necesidad de tus labios rozando los míos. Tienes costumbre de hacer turismo emocional por las noches, porque sabes que es por esas horas donde sueles doler más, con una intensidad que termina de tirarme al suelo. Estos veranos que tuve a tu lado parecen que no tendrán una despedida de mi mente. Abarcas la mayor parte de mi vida, por no decir de mi tiempo. Quiero que esto se termine. Quiero ya no tener que pensarte tantas veces al día, ya no repetirme a cada hora tu nombre en mi cabeza como si tratase de recordar algo que tengo miedo de olvidar. Ojalá un día sin darme cuenta esté tarareando tu nombre como si empezara el final de ti en mí. Aquella vez me dijiste que las personas son lo que te hacen sentir cuando se van. Tú provocas una serie de eventos inesperados en mi vida. Supongo que te amé con la misma intensidad con la que ahora dueles. Lo tuyo fue tropezar conmigo hasta quedar alguno de los dos malherido y con raspaduras en las rodillas de tanto suplicar una estancia duradera. Ahora ya se sabe quién de los dos se quedó con las manos llenas de no saber adónde ir.

martes, 28 de octubre de 2014

Vida, tiempo

Nunca me gustaron las despedidas, nunca seguí aquello de “Deja ir, ya vendrá alguien mejor”. Dejar ir no es nada fácil, es una de las cosas más difíciles. A veces ni siquiera se puede pronunciar esa palabra que surge cuando alguien se va para siempre de tu vida, dejando en el suelo lo que un día mantuvo de pie. Casi siempre son las lágrimas las que terminan hablando por nosotros, porque la garganta se cierra, impidiendo decir el adiós, porque de hacerlo terminaríamos peor. Fácil se le hace a la persona que se va, pero se le hace tan difícil a quien se queda viendo cómo se va haciendo como una fotografía en el horizonte. Un día se tienen los ojos hinchados de tanto llorar riendo; al otro se tienen hinchados de solamente llorar, así, sin más. Así cambia la vida de rápido, de un instante a otro. El color rojo de tus ojos es la expresión de estar destrozado tanto por dentro como por fuera. Cada una de las promesas quedan en el olvido, también son las que provocan en ti los peores insomnios al saber que no se hicieron realidad, que sólo fueron eso: palabras. Que luego se las llevó el viento, dejando un vacío inexistente. Así como hay historias con finales trágicos y felices, también las hay con puntos suspensivos. No existe peor tortura que esperar a alguien que ya tiene planes de ir a visitar otro continente con otra persona. Queriendo evitar a toda costa toparse de nuevo contigo. Finge que no te conoce, que no tienen una historia en común. Tienes su número aún guardado en el móvil y no llamas por el simple hecho de no molestar, para no sentirte como una gran molestia. A veces la vida pasa para algunas personas, pero para otras simplemente pasa el tiempo.

viernes, 24 de octubre de 2014

Vacíos

Es extraño ver cómo, de un momento a otro, la gente que conoces de toda la vida se convierte en gente desconocida. Y no hay nada que puedas hacer, excepto ver cómo se aleja de ti. Y duele mucho. Así como una vez te calaron hasta los huesos de una forma bonita, también lo hacen ahora, aunque de distinta manera: siendo indiferentes, incluso piensas que es una broma de mal gusto. Tiempo después descartas esta teoría. Tu mundo da un giro inesperado de 180 grados, tristemente hacia un lugar donde tienes que conformarte con tocar y mirar fotografías. Y ¿quién dice que en pleno verano no puede caer una gran tormenta? Trayendo consigo a todos aquellos que se fueron demasiado pronto y a aquellos que echas de menos. La lluvia es un poquito así, trae consigo nostalgia y un par de recuerdos tristes. Huele a todas y a cada una de las despedidas. Pero la vida continúa, ¿cierto? Recoges tus cosas, las metes en la maleta y te propones a comenzar desde cero. Colocas las fotos en el baúl de los recuerdos. Lo cierras con candado, porque tienes miedo de perder lo poco que todavía te queda. Tratas de sonreír como si no tuvieses unas cuantas lágrimas detrás de esa brillante sonrisa que logra opacar hasta al sol. Conoces gente nueva y logra llenar algunos vacíos causados por las ausencias, pero sientes que todavía no es suficiente, entonces comprendes que hay vacíos que no los puede llenar ninguna otra persona.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Algo que no podrás sustituir

Y entonces miras a los lados, ves que no está quien solía estar y, de repente, un escalofrío sacude tu cuerpo y te entra una especie de nostalgia repentina. Tratas de llorar, pero has olvidado que tus ojos están secos, porque hubo un tiempo en el que derramaste toda el agua salada, como si fuese el mar cayendo por un acantilado sin fondo. Sientes ese vacío de cuando has perdido algo que no podrás sustituir, algo que no encontraras en otro lugar ni con otra persona. Caminas con tu mente arrugada, como si fuesen los recuerdos quienes están tratando de salir de nuevo. Entonces hueles un perfume y te transporta a ese lugar al cual echas de menos y al cual tanto anhelas regresar. Dicen que tenemos un hilo que nos conecta con otros sitios, a otras personas, que al otro extremo encontraremos la respuesta a todas las preguntas que nos hacemos por las noches y que tanto insomnio nos causan. Un hilo que no se puede cortar. Yo a ese hilo lo he llamado “recuerdos”, porque son a prueba de todo y de todos, siempre están presentes en nuestros momentos de felicidad y en nuestros momentos de tristeza. Son esa conexión que tienes con otra persona. Nadie podrá borrarlos, posiblemente el que trate de hacerlo estará creando su propio recuerdo, sin embargo, hay recuerdos que nacen de lo más puro que alguien posee: cuando el corazón tiene ataques de locura y se conmueve al saber que hay vida después de los instantes en los que mueres durante el día. Que hay un motivo por el cual todavía sigue prendida la estrella de la felicidad, porque todavía no ha terminado la historia, todavía queda mucho por vivir.

domingo, 19 de octubre de 2014

Querida Ana

     Querida Ana, recuerdo aquella vez en la que me contaste que le tenías miedo a las alturas y que el amor para ti significaba dolor, que nunca habías tratado de entablar una conversación formal con la felicidad, que nunca habías hecho tratos para que se alejaran de ti esos pensamientos que te atormentaban todas las noches, a un punto que perdías la cabeza y gritabas hasta quedar afónica. Y yo te respondí que ojalá un día te quedaras afónica de tanto cantar, que te cansaras pero de tanta felicidad, que el único color rojo de tus ojos fuese el de tanto llorar riendo.

     Querida Ana, tu recuerdo aún sigue viviendo dentro de mí, tú para mí no estás muerta, estás aquí, al lado del corazón, donde suelen estar los recuerdos más preciados de esta puta vida. Hoy no he podido dejar de pensar en ti, de cómo la gente fue tan cruel para hacerte sentir esos sentimientos. Estoy triste, Ana, me duele que no estés aquí, compartiendo conmigo el día a día. Echo de menos llamarte cada noche para decirte que eres la mejor persona que nunca he encontrado en ningún otro lugar. Echo de menos todo lo que un día fuiste, todo lo que me hiciste sentir, esas conversaciones de madrugada hablando sobre lo dura que es la vida y motivándonos mutuamente para seguir adelante. Una noche me confesaste que tenías miedo de que el nudo en la garganta terminara de ahorcarte y no tener tiempo para realizar tus sueños. Ahora me parto al leer las antiguas conversaciones que tuvimos desde que intercambiamos los números de teléfono. Yo te pregunté que cuál era tu mayor sueño que tenías y tú me respondiste que era mudarte a Nueva York y ser la estrella de Broadway. Ahora me rompo al leer cada uno de tus mensajes, aún guardo tu número, no sé por qué tengo miedo de borrarlo.

     Querida Ana, nos faltaron muchas cosas por hacer juntos. Nos faltó ir a California, saltar de un avión, subirnos a la montaña rusa de la que tanto habíamos hablado, porque querías vencer el miedo a las alturas y yo te dije que estaba dispuesto a vencerlo contigo. Nos faltó, entre muchas cosas, vernos triunfar en el mundo, ya no estás aquí para ver el día en que mis sueños se hagan realidad y yo tristemente no alcancé a verte en Broadway. Es triste hablar de ti en tiempo pasado. Escribo tu historia con el único propósito de transmitir el mensaje por el que tanto he luchado: “Piensa antes de hablar, porque las palabras son asesinas”.

     Querida Ana, nos separa un abismo y nos une nuestra historia. Ese puente que construimos para que pudiésemos pasar siempre que nos sintiéramos solos, hoy me siento así, por eso estoy escribiéndote. Hasta el día de hoy no he sabido vivir sin tu presencia, no he podido acostumbrarme a vivir con tu ausencia. Las noches son frías y solitarias, los días han perdido ese toque de luz que tenían cuando te veía sonreír, aunque fueron pocas las veces en las que te vi sonreír de felicidad, las demás veces eran un disfraz para engañar al resto.

     Querida Ana, un día llegaste llorando y me abrazaste, dijiste que no eras un estándar de belleza y yo te dije que esta sociedad de mierda no está lo suficientemente humanizada para hablar de belleza. Que tú eras preciosa, por encima de cualquier comentario absurdo. Que tú merecías el cielo y a sus estrellas. Que tú eras la estrella más brillante de todo mi cielo.

     Y un día decidiste ser fugaz.

martes, 14 de octubre de 2014

El paso más importante que he dado en mi vida

Recordarte y no echarte de menos ha sido hasta el día de hoy el tercer paso más importante que he dado en mi vida. Recuerdo la curva de tu sonrisa, el color miel de tus ojos y tu manía de hacer complicada la conversación. Recordarte y no necesitarte de vuelta ha sido el segundo paso más importante. Contigo la vida cogía sentido, incluso el invierno no era tan triste. Sin ti la vida tiene sentido casi siempre, incluso las canciones tristes no duelen tanto, y no como lo hacen cuando estás escuchándolas solo, y tiempo atrás las escuchaste compartiendo auricular. Te estoy recordando sin que duelas y ese ha sido el paso más importante que he dado en mi vida. Durante mucho tiempo no supe qué hacer con todas las cosas que nos faltaron por hacer juntos, hasta que finalmente encontré una manera de deshacerme de todas las promesas: tirándolas a la basura, como tú lo hiciste cuando te dije que te amaba. Sí, te amaba, ya no más. Hablo de ti en tiempo pasado, porque de hoy en adelante eres solamente una fotografía en el álbum de sueños rotos. Desarrugo las fotos donde apareces tú, porque entendí que la vida, contigo o sin ti, continúa. Contigo o sin ti, un día tendré que darme explicaciones sobre qué he hecho de mi vida. Y no quiero tener que disculparme por no haber pasado página a tiempo. Continúo escribiendo las páginas en blanco, no quiero que al final de mis días queden muchas cosas por hacer. Ya no me importa tanto tener muchos tachones en mi historia, puesto que aprendí que los errores son los que nos hacen felices. Sin duda, hay muchos pasos importantes, pero a veces los que no se dan son los que de algún modo nos hubiesen cambiado la vida.

lunes, 13 de octubre de 2014

Vengo a cambiarte la vida

Pueden sucederte muchas cosas en un mismo día, miles durante el año, y aún así ninguna llega a marcarte. Entonces aparece una persona y, de una forma u otra, te dice: “Vengo a cambiarte la vida”. Tu vida da un giro inesperado de 180 grados. No te sucede una cosa, pero sí una persona. Pero no es cualquier persona. Es la que ocupa la mayor parte de tus pensamientos, de tus insomnios, de tus largas noches preguntándote a ti mismo ¿Pensará en mí? Viene sin paraguas y te saca a bailar en medio de la tormenta. ¿Sabes? La vida está llena de momentos perfectos, pero que en el instante no nos damos cuenta de que lo son. La vida tiene momentos únicos. Esa clase de momentos que no cambiarías ni por todo el oro del mundo. Lugares que han sido testigos de segundos de perfección y después es inevitable volver a ellos, por el simple hecho de sentir lo que te quemó allí. Puede pasar el invierno, el otoño, la primavera, el verano sin que nos percatemos de ello. Y en una fracción de tiempo alguien nos hace sentir como si todas las estaciones estuvieran en determinada hora y nos hace visitar mundos. Adónde, no sé. Lo que sí sé es que las vistas al lado de alguien son preciosas. Y te importa una mierda la física, la química o lo que diga que no es posible esto. Y un día comprendes que lo que hace únicos a los momentos no es el lugar donde estás, sino con quién estás. Recuerda: Tenemos la mirada llena de momentos fugaces que nos marcaron la existencia.