jueves, 19 de noviembre de 2015

Just Another Girl

Ella es sólo otra chica,
le gusta sonreír cuando le abrazo por la espalda,
me muerde los labios siempre que la beso
y se vuelve loca, pero es valiente.
Valiente porque no ha evitado la herida, 

la piedra, 
la caída;
valiente porque llora cuando es necesario y se rinde cuando siente que ya fue suficiente,
porque tiene en claro que hay que saber rendirse en la vida, y no sólo marchar, y caminar, y lograr;
que también hay que detenerse, cerrar los ojos y que al final del día, un atardecer, cure sus heridas. 

Que también hay que fracasar, sentir qué es caer y a qué sabe morder polvo.

Le gusta el helado de pistachos
y los brownies recién hechos.

Los domingos son su día favorito, 
aunque muchas veces se siente sola y triste
y los detesta, tanto como saber que el día siguiente es lunes.
Pero entonces viene y me abraza.
Y la abrazo aún más fuerte. 
Rompiendo todos sus esquemas.

Odia su voz en las grabaciones 
y escoge una fotografía entre mil. 
Quizás no presta atención cuando la escucho como si no hubiese música similar
ni que la miro como la única estrella existente.

Quizá no presta atención (porque es muy despistada) cuando le digo que es preciosa, 
porque la he visto verse en un espejo y no reconocerse con una lágrima que no termina de caer.

Da pláticas motivacionales cuando está herida 
y se pierde cada vez que intenta volar. 

A lo mejor pasa desapercibida, 
pero un día te culpas de haber sido tan ciego
por haberla dejado ir como si nada.

Ella es lo que le falta a la poesía, 
es eso por lo que a los leones los consagraron reyes, 
es más que tu primer pensamiento y tu plan A.
Sobrepasa las barreras de cualquier sonrisa mal puesta
es más de besos, que de versos, 
más de abrazos, que de consejos.

Le gustan las cosas ordinarias
aunque es una chica extraordinaria.
Hace de un detalle, 
el detalle.
Hace de ti 
una mejor persona. 
Hace de tu vida 
un desastre del que no quieres salir jamás.

La verás volar
y te preguntarás por qué vuela tan alto,
la respuesta es porque ha caído no sé cuantos metros bajo el suelo.
Y ha tomado el golpe como su mayor impulso.

Es sólo otra chica: 
tiene días buenos y tiene días en los que quiere que se la trague la tierra, 
tiene momentos de una efímera alegría y también bajones a cualquier hora del día
le gusta sonreírle a los desconocidos, pero no le abre la puerta a cualquiera.

A veces no quiere que la vea ni que intente hallarle la respuesta a esos ojos tristes, 
simplemente quiere que la abrace sin preguntar el cómo te sientes.

Lo que venía a decirte es que ella es sólo otra chica:
la puedes encontrar a mitad de una canción 
o a mitad de un incendio.
Pero ella prefirió que la encontrara
cerrando los ojos. 
En ese lugar en el que sólo hay vacío y atardeceres,
porque solamente pude encontrarla
sintiéndola.

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