domingo, 2 de octubre de 2016

Revolución



Su nombre es Revolución
y hace dormir cualquier guerra
que intente naufragar bajo sus costas.

La he visto desprenderse de lo que se aferraba,
la he visto hacerse pedazos por lo que quería,
la vi adormecerse con todo aquello que
vino, la destrozó y se fue.
Se fue como una tormenta,
como una vorágine que jamás vino
y le hizo daño.

Hay ciertas guerras donde uno tiene que ser guerrero
y no esperar a que un ejército venga a pelear contigo.
Tienes que enfrentarlas solas,
vivirlas solas,
sangrarlas desde lo más profundo.

Todo el mundo piensa que amar es pertenecer al otro,
sin embargo, ella piensa que amar tiene más que ver consigo mismo
que con nadie.

Recolecta brújulas,
porque tiene la manía de pensar que a perdido todo,
incluyendo su norte.
Lo peor del caso
es que no hace caso omiso a lo que la gente piensa;
le presta atención a lo que debería de ignorar.

Tiene un arma sujetada, puesta sobre la sien,
que en cualquier momento, alguien que la conoce a fondo.
jalará el gatillo:
y ese alguien, es ella.

Se suicidó un día,
las emociones la llevaron al borde del colapso,
la llevaron al abismo de la locura
y saltó pensando, creyendo que era un ángel,
permíteme decirte cuán desorientada estaba:
ella es mucho más,
ella es ese cielo con el cual uno sueña con algún día estar,
sentir qué es vivir,
sentir qué es la caída,
sentir qué es emprender vuelo,
sentir qué es empacar y quedarse a vivir en el otro
sin dejar de ser de uno mismo.

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