martes, 18 de noviembre de 2014

Chica precipicio

La vi y lo primero que se me vino a la mente fue un precipicio, no me preguntes por qué, porque ni siquiera yo sé la respuesta. La vi sonreír y vi mucha tristeza detrás de esa lúcida y desafiante sonrisa. Y la vi llorar en medio de la noche, cuando los pájaros cantaban un poco tristes, a sabiendas de que ella se ponía peor al escucharlos cantar con ese tono de voz. La vi enloquecer en sus momentos de tranquilidad y la vi tranquilizarse en donde la locura parecía ser la única solución a todo lo demás. La escuché y sus notas vocales me parecieron la melodía más preciosa que ninguna orquesta ha tocado jamás. Es preciosa, sólo basta verla a lo lejos y escuchar su voz cerquita del oído para darse cuenta de que es la chica que se queda para siempre, incluso cuando el vuelo la llevó lejos de aquí. Es una bonita forma de estar sin estarlo, ¿sabes? Está loca, tanto como puede y es feliz. No le importa lo que la gente pueda decir de ella, lo único que quiere es sentirse libre, haciendo lo que su corazón le dicta, y casi siempre es la eterna enemiga de lo que es correcto. El sol no es nada si lo comparo con el brillo que tienen sus ojos cuando habla de sus sentimientos. Es que las palabras no le llegan ni a la punta de los talones, tienes que verla cuando sonríe secretamente y tapándose la boca. Y se sonroja.

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