Sé
que la vida no es fácil, sé que ni siquiera el intentarlo de nuevo es
fácil. Sé que también hay pájaros que se cansan de tanto volar y deciden
bajar una tarde cualquiera, importándoles poco que un gato venga y los
rasguñe. O se los coma. Nunca he sido bueno motivando a la gente, pero
más de lo que pueda motivarme a mí mismo, claro que sí puedo. Todos
podemos, aunque nos estemos muriendo por dentro,
aunque estemos más jodidos que ellos, aunque hacerlo implique el
derrumbe de nuestra Roma, de nuestras ruinas. A veces hago reír fuerte;
otras veces los hundo más. Pero, ¿no te has preguntado cuántos andan
por ahí, cojeando, porque la vida los tiró muchas veces con fuerza, pero
sin embargo andan como pueden por la vida? Y eso, al menos para mí, es
admirable. Digno de ponerse de pie y aplaudirles hasta que mis manos
sangren. No te rindas tan fácilmente en este juego donde solamente los
que tienen las ganas son los triunfadores, es que, sin ganas, no hay
éxito; sin sacrificio, no hay éxito. Todo se basa en querer hacer las
cosas porque queremos, y no porque nos sintamos obligados a hacerlas. Sé
que es cansado estar siempre de pie y correr detrás del miedo, pero si
tú no lo haces, ¿entonces quién lo hará por ti? Si no es ahora,
¿entonces cuándo? No dejes las cosas que puedes hacer hoy para otro día
del calendario, porque en el camino pueden pasar muchas cosas
inesperadas.
Sonríete.
Sonríe, tal vez no has ganado todas las batallas, pero has ganado la más importante: la tuya.
Sonríete.
Sonríe, tal vez no has ganado todas las batallas, pero has ganado la más importante: la tuya.
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