jueves, 22 de enero de 2015

Sonríete

Sé que la vida no es fácil, sé que ni siquiera el intentarlo de nuevo es fácil. Sé que también hay pájaros que se cansan de tanto volar y deciden bajar una tarde cualquiera, importándoles poco que un gato venga y los rasguñe. O se los coma. Nunca he sido bueno motivando a la gente, pero más de lo que pueda motivarme a mí mismo, claro que sí puedo. Todos podemos, aunque nos estemos muriendo por dentro, aunque estemos más jodidos que ellos, aunque hacerlo implique el derrumbe de nuestra Roma, de nuestras ruinas. A veces hago reír fuerte; otras veces los hundo más. Pero, ¿no te has preguntado cuántos andan por ahí, cojeando, porque la vida los tiró muchas veces con fuerza, pero sin embargo andan como pueden por la vida? Y eso, al menos para mí, es admirable. Digno de ponerse de pie y aplaudirles hasta que mis manos sangren. No te rindas tan fácilmente en este juego donde solamente los que tienen las ganas son los triunfadores, es que, sin ganas, no hay éxito; sin sacrificio, no hay éxito. Todo se basa en querer hacer las cosas porque queremos, y no porque nos sintamos obligados a hacerlas. Sé que es cansado estar siempre de pie y correr detrás del miedo, pero si tú no lo haces, ¿entonces quién lo hará por ti? Si no es ahora, ¿entonces cuándo? No dejes las cosas que puedes hacer hoy para otro día del calendario, porque en el camino pueden pasar muchas cosas inesperadas.

Sonríete.
Sonríe, tal vez no has ganado todas las batallas, pero has ganado la más importante: la tuya.

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