domingo, 4 de diciembre de 2016

Las Chicas de Saturno

Eme ama a Ema;
Ema ama a Lola;
Lola ama a Soledad.
Cuatro chicas amándose utópicamente,
destrozándose los lagrimales por un beso
o por un ¿quieres ser mi novia?

Eme llora a escondidas en el armario,
Ema llora a escondidas bajo la canción,
Lola llora a escondidas tras la pared de la cocina,
Soledad sonríe a escondidas entre la oscuridad.
Cuatro chicas, cuatro imposibles,
cuatro canciones, cuatro balas.

Viven en un mundo,
un mundo lleno de espinas,
de abrazos revólver,
de despedidas que crean bucle,
de un concierto a solas en donde eres
y siempre serás,
un beso que rompe
y jamás cura.

Amores que se deben y jamás se pagan,
amores no correspondidos e imposibles que se persiguen,
amores en pleno día y amores en plena tormenta,
amores que te hacen tiritar y amores que te hacen temblar,
amores que te hacen el día y amores que te ayudan a componer los rotos,
amores que te dedican tiempo y amores que arrancan el calendario,
amores que te regalan detalles y amores que te regalan días de colores,
amores que te entregan algo más y amores que se quedan sin nada,
amores que miran la hora y amores que ven arder todos los relojes,
amores que te ven como una casualidad y amores que te miran como el más perfecto de los accidentes,
amores en los que posar el regazo en sus piernas y amores en los que dormir,
amores que el viento te trae y amores que el huracán se lleva.

Ema ama a Eme. Eme se marchó.
Soledad ama a Lola. Lola se marchitó.
Rosas, espinas, sangre, crepúsculos, oasis.

Te quiero.
Posdata: me odio tanto por hacerlo.

Te quiero.
Posdata: me pone tiste saberlo.

Te quiero.
Posdata: ¿qué estoy escribiendo?

Te quiero.
Posdata: ojalá me quieras también, aunque ya sea demasiado tarde.

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