martes, 14 de junio de 2016

Amores

Y te puedo jurar que nadie te amará como aquel que te ha visto dormir y enloquecer. Porque hay amores pasajeros, pero también hay amores que calan hasta la clavícula y te hacen no querer morirte nunca. Quédate con él, si algún día te llegas a topar con uno, no lo sueltes para agarrar a uno fugaz. Su mano será con la que soñarás darle la vuelta al mundo y también la que querrás apretar cuando tengas miedo.

Hay amores que se van para siempre, amores que se van mientras voltean a ver una vez más atrás, amores que te aprietan los huesos y los sentimientos, amores que te ponen a la misma distancia que separa ese alguien a la espada de la pared, porque a veces ese alguien es quien se interpone entre dos que quieren o buscan hacer historia juntos.

Hay un amor que te verá llover y perder tus hojas en otoño. Quédate con él porque, aun no teniendo nada, él verá flores en ti.

Te hará perder la cordura,
el norte,
los mapas
y querrás quemar la salida del laberinto. 
Porque amarás estar enredada, abrazada y al fondo del agujero con él.

Amores que no tienen concepto ni puntos finales,
son la historia que siempre querrás escribir,
una y otra vez,
aunque sepas que en todas ellas 
te hará llorar por haberlo dejado marchar.

No es cobarde quien se va,
el cobarde es quien no lo detiene en la ida.

Hay un amor que será tu perdón, se me ha metido arena en el ojo.
Y saldrás corriendo a buscarle
y no lo encontrarás en ninguna parte.
Y la brisa te abrazará,
cerrarás los ojos
e inexplicablemente pensarás que es 
él.
Luego los abrirás
y encontrarás más excusas
que motivos
para quedarte donde estás. 

Y así, poco a poco,
tu memoria lo va borrando,
pero jamás,
lee bien,
jamás se olvidará de cómo te hizo sentir.

Mirarás al cielo mientras piensas que fue ese amor que no sabes cómo te hizo sentir, pero que te ha dejado muchos deseos de compartir la siguiente vida con él para no soltarlo jamás. 

Y sonreirás mientras caminas al alba.

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