jueves, 7 de abril de 2016

Estrella con nombre de chica

Hoy he despertado con miedo. No sé qué pasa. No sé qué me pasa. O qué hiciste tú para hacerme temblar al miedo de perderte. A ti y a todas tus tonterías.

Sí, tú.
A quién más estaría cogiéndole de la mano, sino a ti,
suicida. 

Homicida, que me disparaste justo en el pecho. Y mi corazón desde entonces fue la diana favorita de las balas.

Lo que duele no es que duela, sino lo que duele, 
lo que nos hizo sangrar.
Y no hablo de balas.

Y luego pensé: cuánto perdemos al momento de caer en las redes de una mirada perdida. Esa que no tiene horizonte ni norte al que seguir, sino un punto que se hace infinito a medida que se acerca. 

Tú no te alejes.

Tengo la cabeza metida en el cosmos, porque chicas como tú son sacadas de otras dimensiones.

Mi chica galaxia.
Tus ojos son estrellas, 
tus lunares una constelación.

Hoy, después de una década sumergido en un sueño profundo, desperté y lo primero que vi fue la primavera que llevan entre caderas tus ganas de comerte el mundo.

Chica estrella, es tiempo de que seas fugaz. Aunque ya no estés en ese cielo, te juro que él, por más estrellas que nazcan, jamás se olvidará de ti.

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