jueves, 28 de agosto de 2014

La luz detrás de tus ojos


Cuando echas un vistazo al pasado y ves que nada es como lo era antes, justo cuando suplicabas que se quedaran, porque no podrías vivir sin ellos, pero no les importó, no les importó cuánto doliera su ausencia. Ha pasado ya mucho tiempo desde entonces y aprendiste a vivir con el único recuerdo que dejaron: las heridas, que conforme al tiempo se fueron cerrando, pero no por completo, están entreabiertas y están propensas a abrirse de nuevo en el menor descuido. Estás rimando el recuerdo con el olvido, pero al parecer son el agua y el aceite de los sentimientos, nunca serán homogéneos. Entre la razón y el corazón, no sabes a cuál seguir: por un lado la razón te dice que debes aceptar que no volverán y por el otro el corazón insiste en esperar, es irónico, porque él más que nadie sabe lo que es estar roto y sangrar por las grietas. La luz detrás de tus ojos es el reflejo del mar que nunca supiste llorar.

Y cómo le haces saber a la gente que tu fuerte risa no es de felicidad, sino porque años atrás hubo algo que la silenció por mucho tiempo y ya era hora de volver a funcionarla con más intensidad.

2 comentarios: