domingo, 19 de abril de 2015

Cambios

Yo sé que, de alguna forma, no se trae de vuelta dos veces a la persona que uno fue al mismo sitio. Porque hay heridas que se van abriendo cada vez más con el tiempo, hasta que un día te plantas frente a un espejo y miras que eres completamente una herida, una herida que no se resignó, y así fue imposible ser cicatriz. 

Te desconoces.

Y la peor forma de echar de menos es echarse de menos. Es cierto, vivimos en un mundo de rápidos cambios, y cambios bruscos, es decir, de 180 grados. Vamos cambiando, van cambiando nuestros sueños, algunos miedos se van apagando, mientras otros se van encendiendo de golpe. Conocemos a personas que nos hacen cambiar la visión que tenemos hacia ciertos temas, también están las que nos hacen querer morir, pero en sus brazos. 

Yo de mayor quise ser la risa de mi madre, pero pienso que es demasiado bonita como para llegar a ser algo similar. No sé, ríe como si nada le hubiese dolido, entonces comprendo que la felicidad existe en verla aquí, sonriendo, en ver que tiene los amaneceres más bonitos que nunca nadie le ha regado a otra persona. 

Sé de manos que piel que tocan, piel terminan quemando. 

Atrévete a ser el león que va por todo, que es el rey de la selva. Que no le tiene miedo a nada, pero tampoco seas aquel a quien le tiene miedo todo el mundo, no vayas dejando sangre por terreno que pisas, camina mejor dejando sonrisas que calan noches frías al recordarlas, sentimientos que sean capaces de encender las estrellas cuando todo sea oscuridad, sé esa canción que reproduzcan porque les recuerda a ti. Sé ese "Ojalá algún día vuelva a verle".

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