miércoles, 13 de agosto de 2014

La razón principal de mis sonrisas

Te conocí en lo que parecía el invierno de mi vida. “¿Cómo estás?”, preguntaste; “Bien, porque estás tú aquí”, respondí. Y sonreíste como aquella chica que el viento le ha levantado la falda a finales de febrero. Te encontré cuando no estaba buscando nada y pronto comprendí que la vida es un poquito así: cuando parece que es el final de tu vida, aparece por arte de magia y te pone una persona en tu camino para que sea el nuevo comienzo de algo indescriptible, al final no es tan hija de puta como parece, sólo tienes que verla a través de los ojos de alguien para saber que es preciosa. Y yo a ti te quiero tener mientras nos dure la magia de dos desconocidos que se conocen por casualidad y dentro de sí mismos se repiten mil veces “Encontré lo que necesitaba, ojalá no le pierda jamás”. Nunca te lo he dicho, pero tus besos son mi mejor medicina a cualquier hora de día, no me importa acabar con una sobredosis médica. Mira: Yo era ese medio vaso que nadie podía llenar, pero luego apareciste tú y lo rebalsaste con toda la primavera que cargabas encima de ti. Qué me importa a mí la química, si contigo puedo experimentarla, despacio y sin prisa, recorriendo tu piel con mis labios y mis manos descubriendo cada centímetro de tu cuerpo. Eres la razón principal de mis sonrisas y de mis más oscuras fantasías. “Te eché de menos”, te dije aquella tarde; bueno, tal vez no, a lo mejor lo pensé muy bajo para que no te dieras cuenta de que te había esperado toda una vida, incluso cuando no te conocía, pero sabía que tarde o temprano llegarías, no me importó tanto si llegabas tarde, porque con el tiempo comprendí que las personas que llegan pronto, pronto se van.

1 comentario:

  1. Hola Benjamin,de casualidad me tope con uno de tus textos y los he estado leyendo y con algunos me siento identificada,felicitaciones estoy fascinada con cada uno de ellos.Saludos.

    ResponderEliminar