domingo, 12 de octubre de 2014

Hay lugares donde mi corazón se conmueve

Hay lugares donde paso por casualidad y me entra una especie de nostalgia y de querer regresar a la época donde era feliz y no me percataba de cuánto. Hay lugares donde mi corazón se conmueve y se suelta una risa entre lágrimas, como queriendo decir: “Qué bonito lo que viví allí y qué triste cómo el tiempo cambió las cosas y cómo las personas se alejaron, al punto de convertirme en un total desconocido para ellas”. Lo cierto es que algunos lugares fueron testigos de cómo me quemé tomado de las manos de otra persona, fueron testigos de cómo la felicidad se encendió de golpe y alumbró la oscuridad que emanaba de mi interior. Es triste ver cómo la gente que un día llenó cada hueco de ti, es la misma que se lleva todo cuando se va. Como el peor de los tornados. O como cuando alguien te quema de calor y tiempo después te quema de frialdad. Lo cierto también es que decidí no cerrar algunas de mis heridas. Hoy en día respiro por ellas. Son mi oxígeno. Un día comprendí que hay heridas que dan más vida que las que tiene un gato. Es jodidamente doloroso tener que respirar por donde un día te hicieron daño, pero es la única alternativa que encuentras. Y al mismo tiempo esa herida también es la causante de tus mejores sonrisas en medio de tanta mierda.

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