lunes, 13 de octubre de 2014

Vengo a cambiarte la vida

Pueden sucederte muchas cosas en un mismo día, miles durante el año, y aún así ninguna llega a marcarte. Entonces aparece una persona y, de una forma u otra, te dice: “Vengo a cambiarte la vida”. Tu vida da un giro inesperado de 180 grados. No te sucede una cosa, pero sí una persona. Pero no es cualquier persona. Es la que ocupa la mayor parte de tus pensamientos, de tus insomnios, de tus largas noches preguntándote a ti mismo ¿Pensará en mí? Viene sin paraguas y te saca a bailar en medio de la tormenta. ¿Sabes? La vida está llena de momentos perfectos, pero que en el instante no nos damos cuenta de que lo son. La vida tiene momentos únicos. Esa clase de momentos que no cambiarías ni por todo el oro del mundo. Lugares que han sido testigos de segundos de perfección y después es inevitable volver a ellos, por el simple hecho de sentir lo que te quemó allí. Puede pasar el invierno, el otoño, la primavera, el verano sin que nos percatemos de ello. Y en una fracción de tiempo alguien nos hace sentir como si todas las estaciones estuvieran en determinada hora y nos hace visitar mundos. Adónde, no sé. Lo que sí sé es que las vistas al lado de alguien son preciosas. Y te importa una mierda la física, la química o lo que diga que no es posible esto. Y un día comprendes que lo que hace únicos a los momentos no es el lugar donde estás, sino con quién estás. Recuerda: Tenemos la mirada llena de momentos fugaces que nos marcaron la existencia.

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