domingo, 2 de agosto de 2015

Una chica como ella

La chica del corazón roto,
la que lo da todo por un beso,
la que no aguanta nada y acaba huyendo
y los sueños acaba destruyendo.

Es a prueba de balas,
aunque siempre es una sonrisa 
quien atraviesa la diana que está puesta en su corazón
y luego recuerda al asesino
porque va con él de la mano por el borde del abismo. 

Sabe que el olvido es parte de sí
y que en una noche la convertirán en polvo 
y nunca más sabrán de ella, 
porque se ha sentido tan sustituible 
que le da por pensar que la vida 
no tiene un sitio VIP reservado 
para cuando las luces se apaguen.

Es una chica en llamas, 
es sólo una chica de fuego, 
que quiso jugar en el infierno 
y salió con ganas de más.
Pero no la culpes 
si llega a amarte hasta quemarte, 
porque no sabe hacerlo de otra forma 
sino besando la peor cara de la moneda.

Quiere más, 
quiere que le tomes de la mano,
que la presentes a tus padres. 
Y tú no lo haces. 
Te replantea, 
te vuelve incógnita 
y se pregunta si tú realmente la amas, 
si quieres que sea eternidad, o recuerdo; 
si quieres que te duela un momento 
o quieres pasártela tratando de encontrarla 
en 
otros
incendios. 
Y sabes desde ya que acabarás perdiendo por partida doble. 

Porque chicas como ella 
son las que atropellan con el recuerdo, 
son las que te quitan el sueño por no dejar de pensar en sus voces,
son por las que te lanzarías a las vías del tren para impedir que se vayan, 
son por las que te quitarías todas tus corazas por ponérselas encima. 

Una chica como ella 
es la que te esperaría con los brazos abiertos,
aunque tú ya le hayas cerrado el corazón.

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