miércoles, 9 de julio de 2014

Piezas desiguales en el puzle de la vida

Siento que hemos llegado tarde, no sé a dónde, pero hemos llegado tarde. Al igual que pienso que estamos perdiendo trenes por personas que nunca vendrán. Estamos rotos. Tanto que necesitamos a gente que esté igual que nosotros, por eso de que los corazones rotos sólo encajan con otros rotos. Estamos destinados a ser piezas desiguales en el puzle de la vida. Las personas felices buscan personas felices, de igual manera pasa con las personas tristes. Usualmente las personas suelen refugiarse en sitios donde se sienten seguros. Yo siempre quise ser, no un hogar, pero sí un lugar donde alguien quisiera quedarse a vivir mientras le durara la vida, que se quedara para ver el amanecer desde la cama y que no se fuera antes del atardecer, porque para ser sincero: siempre le he tenido miedo a las despedidas. Necesitaba a alguien que expandiera sus raíces en mí, es decir, que abarcara todas las partes posibles. Que yo no quería a alguien que me ayudara a encontrarle un sentido a mi vida, sino que lo fuera; que no es lo mismo un sentido de algo, que de alguien.

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