viernes, 26 de septiembre de 2014

Lo que nos hace felices, también es la razón de nuestra tristeza


Porque se puede llorar sin derramar una lágrima, se puede gritar gritos de auxilio en medio de un silencio y se puede sonreír a quien nos ha disparado. Usual e irónicamente le sonreímos a quien nos ha hecho mucho daño. Muchas veces aquello que nos hace felices, también es la razón de nuestra tristeza. La razón por la cual estamos tan jodidos que no estamos lo suficientemente armados de valor para reconstruirnos las ruinas. O para intentar crear nuevos rascacielos que nos lleven a tocar el cielo. Que las vistas de amaneceres son más bonitas si tienes a alguien al lado, porque todo compartido tiene más sentido y tiene ese toque que hace de un amanecer un momento único e irrepetible. Porque las personas que están, algún día no estarán. Suena muy triste, pero es verdad. Cuando estás hundido, alguien puede hundirte más. Y que de tanto dar amor, llega un día en que ya no tienes nada qué ofrecer ni nada para dar. Porque ya lo has dado todo a gente que se fue y no supo apreciarte, ni apreciar todo lo que hiciste por ella. Es una obligación ser nuestro propio héroe, porque a lo mejor nadie vendrá a salvarnos del final de un principio que empezamos nosotros mismos. Tendremos que empezar a lamernos lo más pronto posible las heridas.

Hay bocas necesitadas de alguien que les haga el amor con los labios, ojos necesitados de ver algo bonito al abrirlos después de una pesadilla y oídos urgidos que les hagan música con la voz. Las pequeñas cosas son las que en verdad hacen una enorme diferencia entre lo momentáneo y lo eterno. Si bien, por un lado debemos aprender a perdonar, por el otro estamos pensando en intentarlo de nuevo con la misma persona que nos lastimó. Y así, claro que nos va a doler más de lo que debería. Somos amantes del dolor, si de amor estamos hablando. Nos gusta caer en las redes de los sentimientos. Es bonito, pero doloroso. Es como subirse a un avión y lanzarse con el paracaídas puesto, pero decidir no abrirlo. Algo así es el amor.

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