lunes, 22 de septiembre de 2014

Otoño

Es otoño y camino sobre las hojas secas. ¿Has escuchado ese sonido de las hojas quebrarse en mil pedazos al pisarlas? Algo así sentí cuando dijiste que te ibas por tiempo indefinido, que no sabías la fecha en que regresarías. Siempre he pensado que es mejor que las personas se vayan por completo y no dejen restos ni rastros de su existencia, porque partes medias nunca fueron buenas. Una vez me dijiste “El final empieza cuando te acercas a un precipicio e intencionalmente te lanzas al vacío y ya no esperas a que nadie te esté esperando al fondo”. Yo lo llamo libertad, ese precioso instante en el que ya no esperas nada de nadie, porque esperar también duele y es dejar que la vida nos mate a través de las ilusiones. Y yo ya he perdido la cuenta de las veces que he muerto sin dejar de respirar, apretando al corazón con las manos y obligándole prácticamente a que ceda a la razón. No me atrases más, esta vez no quiero llegar tarde a la vida de alguien. Vete por completo, pero no te quedes a medias.

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