viernes, 26 de junio de 2015

Te acordarás

Te acordarás de mí a las 8 y 50, 
a la hora muerta, 
a las trescientas vueltas a la Gran Manzana, 
a las mil veces que suene el revólver, 
a las doscientas guerras que empiezan -contigo- 
y terminan sin mí,  
a los dieciocho gritos al vacío 
y la única respuesta que recibas sea el propio eco de tu voz, 
a las treinta verdades que te harán ver la gran mentira, 
a la segunda pasada por el bar donde me ahogaba 
y te llamaba primero.

Te acordarás de mí 
cuando no suene tu teléfono más de dos veces de la misma persona, 
cuando camines en otoño y pases inconscientemente sobre las hojas secas, 
cuando sea invierno y necesites un abrazo, 
cuando en Nochevieja pidas un deseo para el próximo año, 
cuando tu canción favorita te haga llorar tres veces seguidas, 
cuando veas una película de amor de Woody Allen, 
cuando al ver el retrovisor del coche alejándose de aquella cabaña, 
cuando mires una estrella fugaz, 
cuando estés por quemar ropa vieja. 

Te acordarás de mí 
al verme en una fotografía 
donde no tenía que forzar la sonrisa, 
al leer algún trozo de poesía sobre las ruinas de la ciudad, 
al encontrarme en algún fragmento de algún libro. 

Te acordarás de mí, 
porque hay quien te inmortaliza 
cuando decide escribirte. 
Y yo, 
a ti, 
te he escrito para que seas eterna.

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