Te recuerdo como se recuerdan las personas salvavidas, que dejan sonrisas donde tiempo atrás alguien se encargó de coser la boca con muchos puntos y de crear una historia inestable, a veces con puntos suspensivos, a veces de corrido, sin comas, ni puntos. Como si supiésemos el final: que íbamos rumbo a un colapso fatal contra nuestras ruinas y a desembocar el peor de los accidentes en nuestras bocas.
Gracias a ti,
por creer cuando lo he dejado de hacer yo,
por hacerme reír cuando lo único que quería era saltar del puente más alto,
por darme una mano, no para impedir que cayera, sino para levantarme cuando ya lo había hecho hasta morder el polvo;
por estar ahí cuando lo único que miraba era soledad,
por aguantarme en esos días en los que ni siquiera yo podía conseguirlo,
por estar aquí, sin importar cuánto quemara mi infierno,
por recordarme que todavía queda mucho por aprender y por caer,
por dedicarme no sólo tu tiempo, sino también tu vida, tus insomnios y tus ojeras;
por darme abrazos cuando los demás sólo me daban consejos,
por animarme con tus tonterías y con tus ocurrencias,
por echarme saliva en mis heridas,
por ser el hombro en el cual lloré hasta que mis ojos fueron desierto,
por compartir contigo las cosas que me quemaban por dentro,
por soportar conmigo el entierro de las cosas muertas,
por cada una de las experiencias que viví a tu lado: infinitas gracias.
Porque esta vida puede ser tan corta como corto nos pareció aquel día en que decidimos saltar de nuestros miedos e ir corriendo detrás de nuestros sueños. "No te detengas ni por mí ni por nadie, ve por lo que te hace feliz", me dijiste. Y no supe correr en otra dirección que no fuese la tuya. Gracias por regalarme este año envuelto en sonrisas, dolores de panza por la intensa risa y por los ojos rojos de tanto llorar riendo. El año pasó volando, pasó como pasa una estrella fugaz rozando el cielo: en un momento efímero con una potente luz. No sé si estarás el próximo año a mi lado, pero mi primer deseo será que todas las personas que siempre han estado en mi vida, sigan estando. Y eso te incluye.
Mi primer deseo será seguir siendo feliz.
Porque esta vida puede ser tan corta como corto nos pareció aquel día en que decidimos saltar de nuestros miedos e ir corriendo detrás de nuestros sueños. "No te detengas ni por mí ni por nadie, ve por lo que te hace feliz", me dijiste. Y no supe correr en otra dirección que no fuese la tuya. Gracias por regalarme este año envuelto en sonrisas, dolores de panza por la intensa risa y por los ojos rojos de tanto llorar riendo. El año pasó volando, pasó como pasa una estrella fugaz rozando el cielo: en un momento efímero con una potente luz. No sé si estarás el próximo año a mi lado, pero mi primer deseo será que todas las personas que siempre han estado en mi vida, sigan estando. Y eso te incluye.
Mi primer deseo será seguir siendo feliz.