lunes, 28 de julio de 2014

El único recuerdo

He conocido a mucha gente, por desgracia, ninguna se parece en lo más mínimo a ti. He intentado buscarte en otras personas, en otros labios, en otras miradas, en otras camas, en otros lugares; pero no logro encontrarte. Me he refugiado en nuevos sentimientos, aunque por dentro esté un poco muerto. Los amaneceres sólo me recuerdan algo: que no estás aquí. Las estaciones del año pasan demasiado rápido y yo todavía te espero en cada una de ellas, aunque de distinta forma: ya no espero a que vengas. Espero que nunca sepas la diferencia entre una cosa y la otra. Yo por ti he roto cualquier rutina impuesta, cualquier sonrisa triste, cualquier raíz que me ata a otra gente, a otras circunstancias, a otros momentos, a otros otoños. Con los años me fui dando cuenta de que el tiempo no cura nada, sólo te aumenta el deseo de querer que ocurran de nuevo algunas personas, pero en el fondo quiero que duelas siempre, y no es por masoquismo, es porque alguna gente tiene que doler lo suficiente como para que algún día sea aquel recuerdo que, cuando necesitas a alguien, esté aún latiendo. No olvidemos que el dolor es, en ocasiones, el único recuerdo.

1 comentario:

  1. Es tan bonito que creo que estoy a punto de llorar.
    Gracias por este texto que nos has regalado y gracias por permitir que te siga doliendo para convertirlo en arte.
    Un beso,
    María

    ResponderEliminar